Lulo Gitte
Señor director:
Me han informado que Rubén Lulo Gitte está quebrantado de salud, con algunas dificultades y en precariedades económicas. Que a pesar de sus grandes servicios prestados con honestidad y dignidad a Moca y a la patria, no goza de una pensión digna.
Los seres humanos somos dados a olvidar, adoptamos actitudes, posturas de desconocimiento de hechos, de realizaciones, de ejemplo de vida de nuestros semejantes, de sacrificio altruista de hombres y mujeres, sin los cuales la historia de sus pueblos se hace imposible narrar.
En Latinoamérica, en nuestro país, gran parte de nuestros próceres independentistas murieron olvidados, en la miseria, en el ostracismo, algunos alejados de su tierra a la que consagraron su vida.
Pero, cuan difícil le será al pueblo heroico de Moca, ajusticiador de tiranos, abrasador de libertades, olvidarse del doctor Rubén Lulo Gitte, inmortal del deporte, su síndico histórico, fundador de Hogar Crea, fundador de la Universidad Federico Henríquez y Carvajal, hijo ilustre mocano que tuvo el privilegio de ser el último en abrazar al patriota Manolo Tavárez Justo, cuando este líder de siempre del pueblo dominicano, tomó las escarpadas montañas de Quisqueya para traernos las ansias de libertad y democracia, marchitada por un golpe de Estado en el mes de septiembre del 1963.
Y es que a Rubén Lulo le tocó el privilegio de transportar las armas que llevó el líder, Manolo Tavarez Justo a las montañas. Rubén lo narra de esta manera: “Eran las 12:00 de la media noche; se desmontaron, se pusieron sus chamacos; recuerdo que Manolo y los demás nos dieron sus ropas para que luego de regresar las tiráramos a los grandes precipicios que bordeaban la carretera. Nos despedimos, le abrazamos y le deseamos éxitos en su misión. Al abrazarme, Manolo me dijo: “Rubén, nos veremos pronto, el triunfo será nuestro”.
Rubén Lulo Gitte, un hombre de excepcionales condiciones en lo ético y moral, en la actualidad se dedica a la investigación, a escribir sobre los paisajes históricos de su amado pueblo y del país.
Tuvo el privilegio de ser nombrado como Síndico de Moca en 1965, por el presidente Constitucionalista coronel Francisco Alberto Caamaño, aunque por la intervención norteamericana no ocupó la misma.
Atentamente,
Fernando Peña