Código imprudente
Señor director:
El Código Penal tenía que ser eliminado. Fue un engendro preparado a la carrera para satisfacer a la mal llamada sociedad civil. No tenía fuerza representativa, y por el contrario en la mayoría de sus artículos no había la basamenta legal que le sirviera de soporte.
La autollamada sociedad civil sigue caminando a ciegas. Quiere hacer reformas en todos los estamentos de la vida pública nacional, atropellando y sin concertar. Se olvidan estos teóricos de que las instituciones casi nunca fallan, sino que los tropezones son de las mujeres y los hombres encargados de fijar su política de trabajo.
Cuando proponen reformas llevadas a la carrera, quieren dar la impresión de que esta es una sociedad neo-nata, donde nada se ha hecho, poco se respeta, ni hay exigencia de cumplimiento de deberes. Si el estado de derecho se encuentra sumergido en el fango no es por falta de articulados, sino porque los individuos a cargo de las instituciones legales no tienen la toga bien puesta.
Estoy de acuerdo en que se eche a un lado y se tire a donde corresponde, al Código Penal. Mucho figureo, discursos locos, pero en el fondo sólo entorpecimiento a la tarea de aplicar justicia. El problema de la delincuencia no se va a resolver porque en vez de 30 años, la condena sea de por vida.
Lo trascendente es que en la sociedad dominicana surja la obligación de que a los violadores de las leyes se les condene de acuerdo al delito cometido. Pocos culpables han llegado a cumplir 20 o 30 años, y esto debe ser lo preocupante.
Las penas que fijen los jueces se deben revisar de acuerdo a lo que disponen las acciones de apelación, pero no abrir las rejas a culpables por favores políticos o monetarios. Además, las fallas garrafales del sistema judicial indican que lo primordial no es el aumento de penas, si no la credibilidad.
Puede ser que el momento no sea el más oportuno para declarar insconstitucional el Código Penal. Hay serios señalamientos de que los jueces, fiscales y todo el entramado que tiene que ver con la justicia están podridos, y se hacen acusaciones a todos los niveles.
Hay un punto que era el más conflictivo de ese Código Penal y es el relativo a los abortos. Ahora mismo la sociedad dominicana no está lista para tratar abiertamente el caso de los abortos.
Atentamente,
Manuel Hernández Villeta