Prejuicio peligroso
Señor director:
Con el reciente descubrimiento en un pozo de los cadáveres de tres choferes desaparecidos en la región Este, queda al descubierto el prejuicio que prevalece en ciertos sectores de la sociedad en contra de los transportistas.
Durante muchos días las esposas y padres de los choferes desaparecidos, insistieron en que sus parientes habían sido víctimas de una acción criminal, pero en sectores de la vida nacional, como algunos medios de prensa escritos, muy pocos creyeron en tales versiones.
Los conductores continuaron desaparecidos hasta que el hedor salió a la superficie y no hubo más remedio que destapar la fosa donde fueron tirados vivos esos padres de familia.
Por suerte el departamento de Investigaciones de Desaparecidos de la Policía continuó su trabajo y el resultado está ahí. Tres cadáveres de tres padres de familia asaltados, despojados de sus vehículos y tirados vivos a una fosa.
Este caso debe servirle al país sobre todo a sus autoridades para no actuar con prejuicio en ningún caso aunque se trate de un sector como el de los transportistas que causa muchos dolores de cabeza a la población.
Que se investiguen todos los casos es un deber del ministerio público y de la Policía Nacional, aunque el desaparecido sea de la Oposición.
Atentamente,
Ruddy Germán Pérez
Periodista.
Caída de los servicios
Señor director:
Pasadas la elecciones del domingo 15 de mayo, el país ha caído en una especie de reflujo que se expresa en distintos niveles del accionar ciudadano.
Largos entaponamientos en el tránsito, apagones de varias horas seguidas, basura en todas las avenidas y lugares principales de Santo Domingo, y un sin fin de problemas arropan a los dominicanos.
Resulta muy preocupante que los periódicos sólo se ocupen de dar a conocer las constantes y cansonas ruedas de prensa del presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario.
Después de las elecciones los dominicanos vivimos un tiempo similar al de la España Boba, en el que nadie sabe cuándo vendrá la mejoría a la que todos aspiramos.
No debemos dejar que la marcha del país se detenga después de las cuestionadas elecciones del domingo.
Atentamente,
Brunilda Mejía Soto
Baní