Opinión

Cartas de los lectores

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Un peligro latente

Señor director:
En un latente peligro se han convertido los deliveries (mensajeros de reparto y entrega) en algunos puntos de la ciudad por la temeridad con que se desplazan utilizando hasta el espacio peatonal, ante la mirada indiferente de las autoridades.
En la avenida España, por ejemplo, los caminantes se quejan del peligro que representan estos motoristas, que a alta velocidad irrumpen en las aceras para ofertar y llevar bebidas de diversos tipos a las personas que utilizan ese lugar como recreación.
Quienes acuden a ejercitarse al lugar corren el riesgo de ser atropellados gran cantidad de deliveries que se deslazan a alta velocidad en medio de personas, de una forma temeraria.

Varias personas han sido atropellada por en la acera por esas motocicletas, que especialmente en horas de la tarde y la noche mantienen un carreteo por el área que debe ser utilizada por el peatón.
Peor aún es la indiferencia de la Policía para hacer cumplir que se respete el espacio de los transeúntes.
Los fines de semana la práctica es más frecuente y no dejan la gente ni caminar. Los colmados del entorno disponen de servicio de delivery para ofertar las bebidas a quienes asisten al lugar.
Atentamente,

Domingo Berigüete Jiménez
Ruidos molestosos

Señor director:

La Policía Nacional y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales mantienen una efectiva campaña anti ruidos en drink, colmadones, centros de diversiones y otros lugares, donde incautan decenas de bocinas, cajones para bocinas, y los llamados kitipo.

Esos operativos que generalmente se lleven a cabo los fines de semana están muy bien, pero las autoridades generalmente no intervienen cuando se trata de venduteros callejeros que utilizan bocinas y altoparlantes para vender sus productos.

No aspiramos a que se impongan restricciones como las que existían durante la tiranía de Trujillo, que nadie podía usar una bocina o un altoparlante, sin un permiso de la entonces secretaría de Interior y Policìa, que limitaba el uso de esos aparatos a un período de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.

La contaminación sónica no es únicamente la que provocan los que se divierten en centros de diversiones, sino también, en los barrios residenciales a los que penetren los vendedores promocionando sus productos.
Esperamos que esta sugerencia sea tomada en cuenta.
Atentamente,
Sudelka García
Periodista

El Nacional

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