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Bonos Punta Catalina

Señor director:
El Gobierno logró el préstamo con el Bandes de Brasil y le entrega a Odebrecht la construcción de la planta Punta Catalina. Pero recibe después una amarga sorpresa: Joao Santana y luego Marcelo Odebrecht caen presos en Brasil. La presidenta de Brasil es destituida y hasta a Lula lo acusan de corrupción. El Gobierno brasileño estableció que se cobijaban corrupciones en los financiamientos de los proyectos financiados por Bandes, banco brasileño, en proyectos en ejecución por Odebrecht y Andrade Gutierrez en Venezuela, Argentina, África y en la República Dominicana.

EL Bandes decide paralizar los préstamos para esos países, entre ellos, República Dominicana. La planta Punta Catalina se quedó sin dinero para su construcción.

Punta Catalina se paraliza y hoy sigue paralizada por falta de recursos. El Gobierno de Danilo se queda sin dinero. Entonces, desesperado, para poder continuar con su construcción, propone la venta al sector privado del 49% de las acciones de la planta innegable y visiblemente sobrevaluada. El sector privado no se traga el anzuelo, rechaza ese invento desesperado del Gobierno atrapado. El Gobierno, dentro de su desesperación, decide enviar al Congreso la aprobación de bonos soberanos por US$600 millones para poder continuar y, quizás, terminar la construcción de la planta.

El Gobierno justifica este paso con el ardid de que solo se cambiará la fuente de financiamiento pero no aclara si será en las mismas condiciones: no es igual un préstamo blando, de Gobierno a Gobierno, de largo plazo y bajo interés que unos bonos. Los compradores de bonos primero se informarán primero del estado de la economía de la RD para ofrecer y las condiciones dependen de muchos factores, en cambio, el préstamo Brasileño no de dependía de esas variables. Los bonos serán más caros.

Entonces, por todo lo dicho aquí, no es verdad que el subsidio al sistema eléctrico desaparecerá, no desaparecerán ni los apagones ni los altos voltajes ni la energía eléctrica será más barata. No es verdad que los bonos son mejores que un préstamo blando. Al final, como quiera, las plantas, tarde que temprano, pasarán al sector privado. El Gobierno ha quedado atrapado en sus propias mentiras.

Atentamente,
Sulpicio Medina
Ingeniero electromecánico, profesor Facultad de Ingeniería y Arquitectura, UASD.

El Nacional

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