Último adiós a Rosanna
Señor director:
El pasado 10 de enero fue el último y definitivo adiós a la profesora Rosanna Luna Barceló, fallecida en la paz del Señor en el Centro de Gastroenterología de la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar del sector María Auxiliadora. A casa llena y a su memoria le fue oficiada una eucaristía en la parroquia María Auxiliadora, atendiendo a la tradición católica. Dueña de un liderazgo anónimo, de mucha practica y de poca bulla, Rosanna contaba con el reconocimiento, distinción y aprecio de muchas gentes más allá de donde vivía, en El Caliche, subsector de Mejoramiento Social.
Fue una ciudadana ejemplar, vehemente defensora de su comunidad, expresidenta de la Coordinadora de Organizaciones Barriales don Bosco, que cubría cuatro grandes barrios de la zona norte del Distrito Nacional, profesora y dueña del pequeño colegio El Gran Savio, defensora implacable de los derechos de su género, firme creyente en los principios y la seriedad del partido Alianza País, activa mediadora de conflictos en la Fiscalía Comunitaria María Auxiliadora y miembro del voluntariado de la misma por 13 años.
En general, fue una gran madre, buena esposa, vehemente amiga, disciplinada feligrés católica y excelsa defensora de los derechos constitucionales y ciudadanos, por cuya violación enfrentaba a quien fuera. Rosanna no pregonaba sus acciones ni hacia bulto, era honesta y transparente, siempre dispuesta para la ‘batalla ‘en beneficio de la gente. Murió por un episodio que le comenzó en un encuentro comunitario fuera de su comunidad, y de allí fue llevada al hospital de gastro donde falleció.
Es decir, Rosanna murió en pleno ejercicio de sus labores comunitarias de ayuda y solidaridad a los más necesitados. Ella poseía todas las características de una auténtica dirigente social comunitaria. Era una servidora disponible 24/7. Entre los valores humanos, la solidaridad, la honestidad y la responsabilidad eran los tres que mas resaltaban en su sano y revolucionario accionar. Los privilegios, los abusos y la impunidad constituían su principal blanco de rechazo total y absoluto.
A los beneficiarios de su humanitaria labor y a sus permanentes admiradores de su trabajo desinteresado y ejemplarizador, solo piden a Dios que la acoja en su nueva morada, que su alma descanse en paz, y que sus restos sean respetados en la tumba donde reposan. Adiós definitivo para Rosanna Luna Barceló.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez