Este escrito dominical es un llamado para que luego nadie alegue que no se le hizo partícipe del fenómeno artístico al cual se refiere. Lo conocimos de la única forma posible que hay para descubrirlo: en su taller en Miches, su morada permanente. Con hablar pausado y manos hacendosas, Genaro Antonio Reyes Mercedes es un artista de la creación tridimensional expresiva, total, abarcante. Un escultor como ningún otro.

Del arte y los artistas se han escrito infinidad de volúmenes, ensayos, historias y enciclopedias, pero difícilmente podamos encontrar un estudio que describa con exactitud, cuánto supone el caso de un creador ermitaño, que hizo distancia de los centros citadinos, que evitó buscar renombre por medio de titulares de diarios y, más recientemente, por la viralidad de las redes sociales.

Es que el talento auténtico, el real, el que es capaz de transformar madera inerte en obras de arte expresivas, ese que transforma clavos de hierro en pelo y bigotes para representar desde divinidades cristianas hasta el drama del escape en yola desde Miches, la patria chica, y resaltar el embrujante fruto del cacao, dando el lugar que merece la productividad de la tierra húmeda intramontana. Hablamos de Cayuco.

Cayuco es un hombre entregado al silencio por la vía de la creación. Deja que su obra lo exprese. Es un caso excepcional del panorama variopinto que enfila a los artistas de la plástica dominicana.

La muestra de sus esculturas, titulada “Cayuco. El último fin de las cosas”, y analizada por Luis Graham Castillo, artista y curador principal, es un acontecimiento plástico que debe ser aprovechado en especial por amantes del arte de verdad, el que no requiere de mercadeo ni agencias de RRPP.

Estará abierta en el Centro Cultural Banreservas hasta el 16 de junio próximo en la sede del mismo de la calle Isabel La Católica # 202, Ciudad Colonial, en interés principalísimo de los estudiantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes que se forman como pintores y escultores, de los artistas plásticos nacionales (y de los internacionales que nos visiten), de los turistas que recorren la zona colonial y que deseen conocer expresión del talento dominicano pocas veces disfrutados, por los estudiantes de Escuelas y Colegios (sobre todo si tienen clases de Arte), por los periodistas de cultura y arte, los cronistas agrupados tanto en Acroarte como de Adopae, aun cuando las premiaciones de este nivel nunca incluyan escultura o pintura (que deberían, porque es un arte tan válido como el de la música y quien sabe…?
La de Cayuco es una propuesta forjada a golpe de madera y metal, por este maestro nacido y radicado en Miches, descriptiva del mundo mágico – religioso popular, la dramática de la escapada en yolas desde las playas del municipio y la maravilla productiva del cacao.

Cayuco nos sorprende y revela mundos dados a la belleza y la paradoja con sus piezas. Con sus santos de palo, sus joyas de cacao y la simbiosis de figuras (humanas y mecánicas) a bordo de una yola, expresa un universo multiforme, de colores ocres y pasteles y dejando sentir una plástica auténtica, artísticamente es original y socialmente comprometida.

Genaro Reyes (Cayuco) es la representación de la humildad y multiplicidad creativa del arte cuando se entrega a su origen, cuando procura exponer lo que vive y expresar lo que pasa en su entorno, creando un imaginario vivo, con valores que sólo la trata de esta forma y que se inició por el impacto que le causaban los viajes en yola en los que decenas, cientos de dominicanos y dominicanas han perdido la vida al aventarse al mar en procura de otras formas superiores, materialmente, en sus vidas.