(III)
En España, nuestros niños y jóvenes, hijos de inmigrantes habitando las barriadas más pobres, se han organizado en dos bandas: Los Trinitarios, y “Dominicans do not play”.
Asociando su significancia social con el dominio de pequeños e insignificantes territorios, se agreden unos a otros con machetes. En ese proceso han muerto docenas de adolescentes, en un desperdicio de vida que nos conmueve tanto como el caso salvadoreño, donde miles de muchachos semidesnudos y tatuados, son amontonados como reses, apaleados como animales salvajes, para beneplácito norteamericano, (que deportó en un año, 86,000 de esos jóvenes a El Salvador), donde no tenían ningún lazo afectivo ni posibilidad de sobrevivir y de las clases medias y altas, de ese pañuelito de América.
En Cristo Rey, ya son 18 los muertos por las guerritas entre bandas, una docena y algo, entre las cuales hay una que se llama “Los Frederics”, “Los Rabias”, y “Los Megadivos” y solo acepta muchachos “buenosmozos”. Según un comentarista, el Fiscal se tuvo que mudar del barrio y también el coronel a cargo, de La Puya de Arroyo Hondo, el barrio que se encuentra a merced.
Son los estragos de la pobreza extrema, de la falta de educación, de la falta de ternura, de una ausencia de ideas que oriente las ansias de revancha social, de una muchachada que hace tiempo confunde al “enemigo”. De ahí que se agredan unos con otros, de ahi que ejerzan el terror en las barriadas populares donde practican la violencia que les carcome contra su propia gente, contra sus orígenes.
En el caso de las bandas en España, Los Tritinarios nada saben sobre Juan Pablo Duarte, excepto que “defendía a los dominicanos”; “Dominicans don’t play” es un salcocho de machismo exacerbado y confusión entre la identidad y el poder de ejercer la violencia, no contra quienes les menosprecian sino contra sí mismos.
En estos, ejemplos de lo que sucede con nuestros muchachos en Madrid, Nueva York, Texas o Los Angeles, lo que ha faltado es llegar a la raíz del problema: La falta de una ideología que aporte sentido de identidad y dignidad a la juventud dominicana. La Iglesia Católica trata siempre de que esta sea el Cristianismo, pero su excesiva riqueza (un solo “Tesoro del Vaticano” resolvería el hambre de 20 millones de huérfanos en Africa); y sus problemas de misoginia y pederastia, siempre atentan contra la validez de sus ideas.
Las Iglesias Evangelicas, obsesionadas en combatir el Catolicismo, desestiman todo lo que de progresista se ha logrado conquistar, y apoyan los movimientos mas conservadores de la region, caso de Bolsonaro y Trump, renegando de la gloriosa tradicion del Consejo Nacional de Iglesias Evangelicas, contra el racismo, y misoginia. Continuará…