Opinión

Cójanlo

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Sanciones a Venezuela

 

Las sanciones que promueve el Senado estadounidense contra funcionarios venezolanos por supuestas violaciones de los derechos humanos durante las protestas sociales es una provocación que puede tener graves consecuencias. Con todo y que se cometieran excesos en las confrontaciones en que degeneraron los movimientos civiles contra el desabastecimiento de productos de primera necesidad o simplemente en contra de la gestión del presidente Nicolás Maduro.

En un momento en que se busca la reanudación del diálogo entre Gobierno y oposición, las sanciones a funcionarios venezolanos que procura el Senado solo contribuirán con la radicalización de las partes enfrentadas.

Si los congresistas estadounidenses quieren hacer algún aporte deben respaldar las gestiones de los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del nuncio apostólico para desbloquear el diálogo entre el Gobierno y la oposición. Pero las pretendidas sanciones, en el marco de una coyuntura tan tensa, constituyen un mal ingrediente. Es como echar más leña al fuego en una atmósfera con una temperatura al borde de la ebullición.

El Nacional

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