Tensión diplomática
El deplorable atentado con un carro bomba en Colombia que causó la muerte a 20 personas ha colocado a los gobiernos de la nación suramericana y de Cuba en una suerte de ajedrez diplomático.
Tras el Ejército de la Liberación Nacional (ELN) asumir la autoría de la explosión, el presidente Iván Duque reiteró la orden de captura de los negociadores de la organización que se encuentran en La Habana.
“No hay protocolo que ampare el terrorismo” argumentó Duque al reclamar que sean apresados y extraditados los dirigentes del ELN que negocian el acuerdo de paz en Colombia.
En respuesta el canciller cubano, Bruno Rodríguez, dijo que su país “jamás ha permitido ni permitirá que su territorio sea usado para la organización de actos terroristas”, además de asegurar que respeta los protocolos de las negociaciones en Colombia.
Pero esas negociaciones se fracturaron tras el atentado, la responsabilidad que asumió el ELN y el proceso diplomático iniciado por Colombia contra los dirigentes de la organización. La tensión crece, en tanto Cuba no parece con muchas alternativas frente al conflicto con Colombia. El desenlace crea expectativas.
