Juego peligroso.-

Tras expresarse admiración mutua en un principio, tal parece que los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Estados Unidos, Donald Trump, se han dado cuenta de que la amistad no es la mejor fórmula para fortalecer sus liderazgos.

Buscando evadir la persecución sobre la trama rusa, Trump no sólo ha enfriado sus relaciones con Putin, sino que rompió el acuerdo entre las dos potencias sobre la limitación de armas nucleares.

El gobernante ruso, en lo que parece parte de un juego, respondió con el anuncio de que incrementaría la fabricación de misiles más sofisticados.

Pero como si fuera poco ahora advirtió que emplazaría misiles a Estados Unidos y la Unión Europea si Washington aumenta la instalación de bases militares en el viejo continente. Si la popularidad de Trump ha bajado considerablemente, la de Putin también está de capa caída. Se entiende, en consecuencia, que los dos necesiten fomentar las tensiones para ganar simpatías.

El caso es que ambos están en un juego que puede resultar muy peligroso. Las circunstancias pueden hacer que en cualquier momento uno de los dos apriete un botón que no debería tocarse.