Cójanlo

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Otra provocación

 

El desafuero y la inminente detención del titular del Parlamento, Juan Guaidó, es una innecesaria provocación a la comunidad internacional del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Pero cualesquiera sean los fines no se debe ceder al desafío de Maduro.

El caso puede reflejar la desesperación en que las sanciones económicas y el aislamiento han sumido al régimen de Venezuela, pese a los alardes del respaldo de potencias como Rusia y China. El proceso contra Guaidó, quien ha sido reconocido como presidente interino por unos 60 Gobiernos, es otro de los tantos abusos en que ha incurrido Maduro para conservar el poder.

El delito de Guaidó fue ignorar un abusivo impedimento de salida que le impuso el régimen para desafiar a la comunidad internacional.

Es obvio que Maduro quiere consolidar un frente externo para buscar culpables de la caída del servicio eléctrico, la crisis en el suministro de agua potable y el desabastecimiento de medicamentos y alimentos que golpean a la población. Pero la comunidad internacional no debe ceder a la provocación, que sería igual que hacerle el juego a un oficialismo acorralado.

El Nacional

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