Escurrir el bulto
El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, solo tenía que retractarse si estaba arrepentido de su afirmación de que el país camina hacia una dictadura y su llamado al pueblo para que despierte de su supuesto letargo.
O desmentir, si estaba en desacuerdo, con el mensaje de las 7 Palabras pronunciado por los curas el Viernes Santo, antes que culpar a los medios de querer poner a pelear a la Iglesia con el Gobierno.
Tras un encuentro en el Palacio Nacional con el presidente Danilo Medina, que definió de trabajo y diálogo fraterno, Ozoria parece que sufrió una metamorfosis.
Apenas horas después declaró que entre la Iglesia y el Gobierno reina un ambiente de paz y armonía, culpando a los medios de comunicación de querer ponerlos a pelear.
Extraña que Ozoria, a quien se tenía como comedido y responsable, no como un deslenguado, no hiciera el comentario antes del encuentro con el mandatario.
Puede estar en su derecho de escurrir el bulto, pero no en culpar a los medios de tergiversar sus afirmaciones y las de otros religiosos para malquistar las relaciones de la Iglesia con el Gobierno.