Buen ejemplo
La Junta Central Electoral (JCE) ofrece un buen ejemplo de transparencia con el desglose del presupuesto por 16,540 millones de pesos que aprobó para las elecciones municipales, congresuales y presidenciales de 2020.
El monto, que todavía tiene que ser validado por el Poder Ejecutivo, puede parecer excesivo, pero por lo menos la JCE ha cumplido con la obligación de edificar a la opinión pública sobre la inversión de cada centavo. Es un paso positivo.
Pero cualquiera que sea el volumen el tribunal tendrá que velar, eso sí, para que cada peso se ejecute como se ha previsto. Del monto aprobado se destinarán 8,377,508,998.43 millones de pesos para los procesos electorales y 8,124,711.41 en la parte operativa.
En el personal técnico y administrativo que trabajará en el proceso se consumirá la mayor parte del presupuesto.
De la misma manera que la JCE, también la opinión pública tiene que velar para que los recursos electorales, independientemente del monto, seas utilizados de acuerdo con lo presupuestado. Las improvisaciones con la asignación de los fondos, que tanto malestar generaron en el pasado, tienen que ser definitivamente sepultadas.