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Como cada domingo

Como cada domingo

La fiesta del libro.-

Este viernes 22 dio inicio la fiesta del libro que ha vuelto a ser. Tras dos años sin poder montarse, la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo se ha instalado en la Ciudad Colonial, a pesar de las amenazas del clima que anegaron de lluvias ciudades y campos, atrayendo desde ayer sábado al público que ha vuelto a tener contacto con el libro por medio de sus expositores, que ha participado de los primeros actos tras la inauguración, y que este día domingo, se apresta a disfrutar de la oferta de arte, cultura y exhibiciones.

La Feria del Libro debe ser respaldada independientemente de las simpatías político-partidarias de los lectores y en especial de padres y madres que saben que el libro está por encima de diferencias partidarias del momento.

Es altamente positivo que el Ministerio de Cultura haya logrado impulsar su montaje a cargo de un equipo de jóvenes que han debido orientarse con los veteranos feriólogos de otras gestiones anteriores.

Justo reconocer el papel de José Rafael Lantigua, el gestor y crítico literario, al concebir el concepto de criterio de internacionalización del evento bibliográfico y que permitió que los dominicanos tuviéramos el gusto de escuchar de viva voz, a figuras literarias de otras latitudes.

Ahora, con un equipo nuevo, Cultura ha montado esta Feria del Libro que se engarza en la Ciudad Colonial para dar una vida cultural especial a sus muchos espacios y plazas.

Válido es el momento para recordar que el país se dio una Ley Nacional de Libro (justo en la gestión de Lantigua) que no ha corrido la misma suerte de la Ley Nacional de Cine, aprobada y puesta en vigencia, con resultados financieros y artísticos considerables.

Rescatar la Ley Nacional del Libro y las Bibliotecas, la número 508-08, promulgada el 30 de diciembre de 2008, es letra muerta por falta de quien se ocupe de ponerla en vigencia. El llamado está hecho.
Mientras tanto, la Feria Internacional del Libro nos espera.