El llamado Palacio de Engombe, al igual que la casona de Palavé, es un palacete (casa suntuosa, destinada como vivienda de grandes personajes) y no un palacio. Esta estructura colonial del siglo XVI, fue erigida cuando se fundó el ingenio Santa Ana, primero en el Nuevo Mundo.. Jorge González
A solo unos 30 minutos de la Ciudad Colonial se encuentran las Ruinas de Engombe, estructura que se ve opacada por la falta de cuidado y un buen uso de parte de las autoridades siendo uno de los monumentos arquitectónicos fuera del núcleo urbano más antiguo de República Dominicana.
Como otras edificaciones coloniales Engombe esta desprotegida, sin identificación, ni vías asfaltadas para entrar, sin iluminación, aunque hay que decir que está limpio de basura. Son pocas personas que conocen de la existencias de estas ruinas.
En esta área protegida no hay vigilancia ya que puede entrar el que quiera a la hora que lo crea conveniente y hacer lo que quiera, ya que es zona de libre acceso para entrar en vehículo, motocicleta o a pie, sin importar las horas o intenciones que se tengan. No hay verja perimetral de protección.
Ubicación
Situada a 14.5 kilómetros minutos de la Ciudad Colonial en la capital dominicana, en la localidad de Santo Domingo Oeste, justo en el centro del Parque Mirador del Oeste, entre la avenida 6 de Noviembre y el río Haina, se encuentra este complejo arquitectónico, por lo cual incorporarlo a actividades turísticas y programas sería algo poco complicado y muy provechoso.
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Estas ruinas fueron declaradas como área protegida en 1993, mediante el decreto 183-93 por el presidente Joaquín Balaguer, quien también ordeno la creación de un cinturón verde con una superficie de unos cinco kilómetros cuadrados, sin embargo toda la zona ya esta urbanizada.
Orígenes
El llamado Palacio de Engombe, al igual que la casona de Palavé, es un palacete (casa suntuosa, destinada como vivienda de grandes personajes) y no un palacio. Esta estructura colonial del siglo XVI, fue erigida cuando se fundó el ingenio Santa Ana, primero en el Nuevo Mundo.
Desde su construcción esta central azucarera fundada en la ribera del río Haina por Pedro Vásquez de Mella y Esteban Justiniano, mercaderes extranjeros, se convirtió no solo en el primero, si no en uno de los ingenios más poderosos de la época colonial, que luego pasó a llamarse Engombe, nombre tomado de una tribu Bantú del Congo, “Ngombe”.
El ingenio de Engombe es uno de los ejemplos de lo que fue la industria azucarera en la Española en los tiempos coloniales, ya que por varios siglos sus tierras estuvieron destinadas al cultivo de caña y la fabricación del azúcar.
Descripción
Las Ruinas de Engombe están formadas por cuatro estructuras, constituidas por el palacete, la iglesia, y lo que de seguro era el galpón o almacén que se usaba como estadía de los esclavos y el área del trapiche.
El palacete o casona es una estructura de dos pisos en su parte frontal se ven 4 grandes entradas en los dos niveles terminadas en arcos, y dos grandes ventanas. Aquí vivían el propietario del ingenio y su familia.
En su parte trasera tiene cinco ventanas, y una puerta que conduce a una especie de terraza, que da acceso a la iglesia, al patio.
La iglesia o capilla es una estructura que posee un pequeño campanario y termina en una cúpula junto a la sacristía, convirtiéndose en la carga arquitectónica más significativa de la edificación.
La otra construcción rectangularseguramente era el lugar donde estaba el galpón y almacén. Junto a la zona del trapiche que son los lugares más destruidos.
Solo el palacete y la capilla, en tiempos modernos han sido restauradas, y las dos estructuras fueron construidas en piedra, siendo la capilla la única a la cual se le reparo el techo.
Siendo este complejo una reserva histórica debería estar en manos de las autoridades de cultura, y turismo, y no del Ministerio de Medio Ambiente, ya que aunque es parque de reserva de flora y fauna, es sobre todo un activo turístico que debe ser explotado como tal.