Juana Santana Castillo, ¡ejemplo!

Uno de los deberes humanos más delicados es el de ofrecer condolencias cuando un ser amado por gente que apreciamos, ha partido.

Son muy pocas las palabras que se puedan articular con justicia para expresar el acompañamiento en el ánimo de los deudores. Es un dolor inmenso e inexplicable, que es mayor cuando quien ha fallecido es una madre. No se puede decir nada que despeje el dolor de la muerte de una madre.

Con la partida de la señora Juana Santana Castillo, se nos va una madre cuya existencia debe ser recordada y celebrada por la abnegación con que se entregó a la sociedad dominicana, el mejor de los ejemplo de una madre pródiga, amante de sus hijos y su vecindad.

Esta noble mujer fue la madre de cuatro hijos: Juan Bolívar, Arismendi, Miriam y Roberto Díaz Santana (este último residente en el exterior) que se destacaron en la comunicación responsable (Juan Bolívar Díaz Santana), la sociología y la militancia en causas y organizaciones sociales (Participación Ciudadana), Miriam Díaz Santana y la economía con sentido social (Arismendi Díaz Santana), tres ejemplos de profesionales responsables y firmes en la defensa de los mejores intereses de la gente.

Juana Castillo no era una mujer de alto perfil. La gente pudo verla casi exclusivamente, cuando acudió al Palacio Nacional al acto de entrega del Premio Nacional de Periodismo a Juan Bolívar Díaz. Son las tomadas en ese lugar, las principales imágenes que se guardan de ella.

Tuvo una vida productiva, armoniosa, afortunadamente larga en el tiempo, pero partió tal como estamos llamados a partir todos los seres vivos, sin que ello deje de significar el dolor luctuoso en sus seres queridos.

Como ser que fue bondadoso y entregado a sus hijos y su comunidad, la partida de doña Juana nos duele incluso a quienes la conocimos de forma circunstancial y lejana.

Paz a su alma.