La directora de Ética e Integridad Gubernamental, Milagros Ortiz Bosch, ha resaltado una verdad de a puño al abordar la cacareada reforma de la Policía.

Desde su punto de vista la transformación del cuerpo debe ser, por su origen y funciones, impulsada por todos los sectores. Ortiz Bosch, con la experiencia y preparación que la caracteriza, recordó que la Policía nació de manera vertical, dentro de una dictadura, lo que dificulta ejercicios como el respeto de los derechos humanos.

Tras reconocer que hay razones para la población quejarse de la institución, porque nadie tiene que morir en un destacamento, Ortiz Bosch reclamó el concurso de todos los sectores para una reforma que garantice el derecho a la vida y el respeto a las prerrogativas ciudadanas.

La indignación es válida ante los atropellos, pero el compromiso con la reforma es necesario.