Articulistas Opinión

Convivencia

Convivencia

Pablo del Rosario

La expresión que intitula estas líneas toma sentido cuando está calificada por adjetivos como: pacífica, incluyente, solidaria, etc. Aunque hoy ese no es el caso, la convivencia en época de navidad se torna alegre, cordial y solidaria, poniéndose a tono con la tradición cristiana que nos toca vivir cada diciembre.

La cantidad de adjetivos que sirven para calificar el término de referencia es extensa y diversa. Siendo así, lo aconsejable es practicar la convivencia plena, en todas sus manifestaciones durante los 12 meses del año. No obstante, la iniciativa de promover durante el último mes la solidaridad y la alegría entre todos, es una tarea de gran valor que merece ser reconocida.

La tradición cristiana de celebrar el nacimiento del niño Jesús al final de cada año, le imprime a la economía un dinamismo adicional por la cantidad de dinero en circulación, proveniente del salario 13 que, por ley se les otorga a los asalariados, así como otros incentivos económicos que permiten el inicio y/o la realización de proyectos familiares, y, en muchos casos emprendimientos de pequeñas empresas.

Es importante destacar la empatía que se percibe en la ciudadanía, así como la inclusión de personas o sectores con limitaciones, para que participen del ambiente festivo propio de la navidades.

El objetivo nacional, debería ser mantener los niveles de convivencia practicados durante las navidades a lo largo de todo el año. Sé que corro el riesgo de que me consideren iluso, no obstante, estoy convencido de que, si ejerciéramos la convivencia plena; ese concepto llenaría el vacio social que generan males como: (las injusticias, las desigualdades, los privilegios inmerecidos y otros que sería prolijo enumerar), además, la ciudadanía disfrutaría de un ambiente similar al navideño; aunque el salario 13 y los demás incentivos económicos sigan siendo una vez al año.