San Juan. EFE. La reciente actuación de Diego El Cigala en San Juan ha desatado quejas y críticas por parte de la crítica local y los espectadores, que aseguran que el cantaor español ofreció un espectáculo bochornoso, al subir a escenario «borracho».

El Nuevo Día, el mayor diario de la isla, asegura hoy que «la informalidad del cantaor rayó en el irrespeto para un público que llenó el lugar y que lo fue abandonando de a poco ante la actitud que mostró el artista español, quien no dejó de ingerir alcohol en toda la noche y en pleno show».

«Sus ademanes, movimientos erráticos y muecas le provocaban risa a la gente», añade el diario sobre el espectáculo «Profundo», ofrecido en la Sala Sinfónica del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré el pasado viernes.

Asegura además que «era tan obvio su estado que cuando subió a cantar con él el salsero Andy Montañez, en lo que fue uno de los pocos momentos de disfrute de la noche, bromeó con el tema de la bebida».

El artículo añade que «el artista tosió frecuentemente entre sus interpretaciones y realizó movimientos guturales para despejar su garganta y sistema respiratorio», unas críticas que coinciden también con comentarios en las redes sociales, donde, en cualquier caso, la mayor parte de las apreciaciones sobre el concierto son positivas.

«Decepción total. Falta de coordinación con el sonido. Un artista lejano del publico, que admitió no haber estado presente en las pruebas de sonido. Improvisación total. Público disgustado», asegura en la página de Facebook del propio cantante Leticia Rivera Soto, quien dice haber asistido al concierto y reclama «respeto para el público».

En esa misma red, Víctor Manuel Nieves asegura que se fue a mitad de concierto porque «su actuación fue simplemente ofensiva». «Llegó borracho, con un trago en mano al que le metía los dedos y hacía salpicar gotas al piso. +

Luego comenzó una pelea innecesaria con la gente de sonido, tras haber admitido abiertamente que no asistió al ensayo de sonido». El diario digital Noticel también asegura que «el público se llevó la desagradable sorpresa» ante «una presentación llena de problemas técnicos y un artista que no estaba bajo control».