Opinión

CRONICA DEL PRESENTE

CRONICA DEL PRESENTE

POR:  Euclides 

Gutiérrez Félix
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Ciento setenta  años

 

Celebra el pueblo dominicano, dentro de tres días, el 27 de este mes, su nacimiento como Estado republicano al separarse, después de veintidós años de dependencia, del Estado haitiano, al que habíamos sido incorporados por el sometimiento de lo que era la colonia española de Santo Domingo, por un poderoso ejército bajo la jefatura de Juan Pedro Boyer, que había asumido la presidencia de ese pueblo, unificándolo tratando de imponer el andamiaje liberal, anti esclavista y republicano que había servido de modelo a la revolución francesa. Nunca había sido más oportuno que recordar, a grandes rasgos, los matices heroicos de los dominicanos que advinieron solos al escenario político americano.

En teoría, elucubraciones, sandeces y disparates se han querido divulgar ideas acerca de ese hecho que nada tienen que ver con la verdad. Fue Juan Pablo Duarte y la mayoría de sus compañeros que fundaron la sociedad secreta Trinitaria los que concibieron y pusieron en práctica la idea de independizarnos de Haití. Y la dejaron plasmada con absoluta propiedad, firmeza y extraordinario sentimiento patriótico, en el Manifiesto de enero de 1844, redactado por Francisco del Rosario Sánchez, asistido de Matías Ramón Mella, que días después fue entregado para fines de corrección a Tomas Bobadilla, que era un buen redactor, pero huérfano del sentimiento republicano, democrático, progresista, como se consigna en cada uno de los párrafos de ese documento.

Actor solitario de su historia, no hay otro pueblo en América que haya combatido dentro de su territorio insular tantas veces como lo hemos hecho, desde la génesis de nuestro nacimiento, que tiene como primer episodio el asalto al Fuerte de La Navidad, que ejecutaron Caonabo y Mairení, después de haber atravesado a pie, sin caminos, carreteras ni puentes, desde la costa del mar Caribe en la parte Sur, recorriendo una distancia de cerca de 400 kilómetros hasta la costa Noroeste, próximo a lo que conocemos como Cabo Haitiano.

A partir de entonces se produjeron en forma sucesiva, el levantamiento de Enriquillo en las montañas del Bahoruco, la agresividad de los levantamientos de negros esclavos cimarrones, en 1522, durante el siglo XVI; la rebelión de Guabá, cuando las devastaciones de 1605 y 1606; la victoria en 1655 contra la expedición inglesa de Penn y Venables, el asalto y la batalla en la Sabana de la Limonada, en 1691, contra los aventureros franceses, y en el año de 1808, la batalla de Palo Hincado, en donde se ejecutó la primera Carga al Machete contra los restos del ejército francés de Napoleón Bonaparte.

Desde el 19 marzo de 1844 hasta 1856, en Sabana Larga, doce años de guerra contra Haití para mantener la Independencia. Vendida la Patria, en marzo de 1861, por Pedro Santana, restaurada la República en agosto de 1863, después de una guerra devastadora de dignidad y valentía. Quedaron a partir de entonces dos episodios que otros pueblos de América no han vivido: La intervención militar de Estados Unidos, en 1916 y más luego, en 1965, a partir del 28 de abril, la segunda intervención del ejército estadounidense y el enfrentamiento con el pueblo: “legendario, veterano de la historia y David del Caribe”. ¡Actor solitario de su historia!

El Nacional

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