Opinión

CRóNICA DEL PRESENTE

CRóNICA DEL PRESENTE

En nuestra columna anterior nos dirigimos públicamente, con el respeto que ambos merecen, a la Vicepresidente de la República Margarita Cedeño de Fernández y al Ministro de Salud Freddy Hidalgo, compañeros de partido, comentando la decisión que ha tomado, al parecer, el superior gobierno de ampliar las instalaciones del Hospital Infantil Robert Reid Cabral, con nuevas edificaciones que serían anexas a la edificación original.

Hemos mostrado profunda preocupación, porque ese edificio que aloja el hospital Infantil fue construido en 1954, para instalar un hotel con motivo de la llamada Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, levantada con el fin de conmemorar los veinticinco años del régimen de Rafael Trujillo Molina. Afirmamos en nuestra columna que ese lugar es un escenario físico, geográfico, para desarrollar allí un ambiente hotelero turístico conjuntamente con el Santo Domingo, propiedad del Central Romana y el antiguo Hotel Hispaniola.

El Estado tiene a su disposición el lugar más apropiado para edificar un hospital infantil y una maternidad que sean accesibles a los sectores más necesitados de nuestra sociedad, que son los que utilizan los servicios relacionados con la salud de los niños y de las parturientas. Ese lugar, que reúne las condiciones óptimas, en cuanto a disponibilidad de terreno y fácil acceso a los sectores más vulnerables es donde funciona la Plaza de la Salud, propiedad del Estado que el Doctor Balaguer, en las medidas incorrectas que tomó, construyó y puso en manos de particulares y de la Iglesia Católica su funcionamiento, sin considerar que a ese lugar debió haberse trasladado no solamente el “Hospital Robert Reid Cabral” sino también la Maternidad de “La Altagracia”, ubicada en el sector de La Esperilla, frente al Teatro Nacional, la biblioteca Pedro Henríquez Ureña y la residencia del Embajador de los Estados Unidos, contigua a la Superintendencia de Seguros, lugar que se ha convertido en “un pequeño Haití”, congregando a su alrededor vendedores de alimentos y comidas en las aceras.

La Maternidad al igual que El Hospital Infantil, afean y rebajan a nivel de Mercados públicos como el de Villas Agrícolas, los sectores barriales mas importantes como en el que están instaladas las oficinas del Ministerio de Hacienda, el Banco Central, la Superintendencia de Bancos, la de Seguros y el Edificio Gubernamental que lleva el nombre de El Huacal y el asiento de la Policía Nacional. Estamos convencidos que el presidente de la República, el compañero Danilo Medina Sánchez, deberá sopesar la idea, inapropiada, totalmente en términos ornamentales, económicos y de facilitar a los sectores más pobres la atención de sus niños y el proceso de las parturientas, ordenando la construcción en ese escenario de la llamada Plaza de la Salud, de un moderno y espacioso Hospital Infantil así como de una Maternidad, que no sea un foco de acumulación de basura y desperdicios de fondas y expendio de comidas en las aceras y de un tránsito permanente de haitianos y haitianas, que han convertido ese lugar desgraciadamente en otro “pequeño Haití”.

En un indetenible proceso de desorganización urbana, la capital de la república se ha ido transformando en un absurdo urbano, en el que juega un papel determinante la cantidad de vehículos públicos, camiones de transporte de combustible y de materiales de construcción, que en realidad son obstáculos que restan eficiencia a los elevados y túneles que han construido los gobiernos del PLD.

 

y (ll)

El Nacional

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