Ébola por un tubo
El director del hospital regional Antonio Musa de San Pedro de Macorís, ese buen amigo y vigoroso intelectual que es el Dr. Guillermo Hernández, me invitó a dar una conferencia a los residentes de su hospital sobre la Enfermedad Viral del Ebola (EVE). Accedí gustoso y el pasado lunes comunicaba nuestra particular visión ante este problema sanitario que se conoce desde 1976 a raíz de dos brotes simultáneos ocurridos en las aldeas Nzara (Sudán) y Yambuku (Zaire), ésta última situada cerca del río Ebola, que da nombre al virus.
Expliqué, en quince minutos, todo lo que condesé de lo visto en la internet, en especial un informe de la OMS y un libro viejo que tengo de la OPS. Hablé de contagio, la forma de manifestarse (muy similar a Paludismo o nuestro Dengue), demostré que por su mecanismo de transmisión no ofrece peligro alguno para la República Dominicana. Es una zoonosis (enfermedades transmitida por animales) en que los más comunes son murciélagos muy grandes para los nuestros, antílopes, puerco espín y unos monos que no aparecen ni en sueños en nuestro país.
La única posibilidad, y eso si lo admití, es que nos llegue alguien, procedente de esos países y comience una cadena de transmisión a partir del contacto persona a persona, por eso apoyo las declaraciones del Ministerio de que redoblarán los controles de aeropuertos, puertos y en la frontera con Haití, pero nada más, no podemos ponernos a cuidarnos de algo que lo más probable, casi seguro diría, nunca nos llegue. A diferencia de la Chikungunya la teníamos cercana, en las Antillas Menores y su mecanismo de transmisión es por vía del mosquito Aedes Aegyti, que aquí hay veinte veces más que ciguas palmeras.
Lo que no se ve es que algún laboratorio busca bañarse en dólares y tomando el ejemplo de las gripes porcina y aviar, quieren llenarnos de terror para vendernos un medicamento que sería “la salvación de la humanidad”, contando con el aval de la OMS, la misma que anda dando declaraciones sobre el Ebola en lo que se me ha ocurrido llamar la “Epidemiología del Miedo”. Prestemos atención, eso sí, a accidentes, feminicidios, Dengue y Malaria, entre otros.