Opinión

CUANDO SEA PRESIDENTE

CUANDO SEA PRESIDENTE

Por:  José Díaz

josed4606@gmail.com

 

 

“Dedé”

 

 

Cuando se nos va de este plano una persona pública es normal que los que la conocimos, y tenemos oportunidad de utilizar los medios masivos de comunicación, opinemos sobre su fallecimiento. Las motivaciones para hacerlo son muchas, y si el fallecido (a) fue una persona de malos sentimientos que adquirió fama fruto de circunstancias que se dan en esta sociedad de hoy día acostumbrada a celebrar lo vulgar, lo mal hecho, “Fueron nombres propios alcanzados gracias a innumerables infortunios anónimos”, de seguro va a encontrar alabarderos agradecidos que dirán bellezas de ellos. La bondad, la dignidad, la decencia, el decoro no son sinónimos de fama y si quiere comprobarlo tan solo asómese a los invitados a los principales programas de paneles de nuestra televisión y radio, y si le faltase algo lléguese al Congreso o pase revista a la nómina de funcionarios altos de éste y pasados gobiernos.

Ahora bien, si ese que muere es bueno, sin lugar a dudas, ahí opinamos todos y vemos como expresan su pesar algunos que al hacerlo enlodan la memoria del finado, pero…El caso de Bélgica Adela Mirabal (Dedé) entristeció a todo el país, se la reverencia por algo que no es expresión de sí misma, que no es un atributo de su persona y que simplemente le llegó por esas amargas desventuras que nos da la vida: Es la sobreviviente a las tres heroínas asesinadas 54 años atrás por el sátrapa. Esa era su principal identificación, pero nosotros tuvimos el honor de tratarle más de cerca (Dormí un par de veces en la cama que ella nos decía uso María Teresa),y sabemos de su entereza, de la pureza de sus principios, de cómo asumió sin que fuese impostura la educación de unos sobrinos trastocados por la desgracia en hijos, de cómo la casa de Ojo de Agua se convirtió en refugio de desvalidos y perseguidos, de su fineza como mujer, de su amor por el trabajo y granjearse el sustento propio muy a pesar de la bonanza familiar, y de cómo enfrentó y superó la violencia de genero que le tocó. Si, asumió con nobleza el rol de sobrevivir a sus hermanas, pero ella fue, además, un ser maravilloso. ¡Vaya bien!

El Nacional

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