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¿David o Carolina?

¿David o Carolina?

Danilo Cruz Pichardo

David Collado y Carolina Mejía van por el carril de adentro en la carrera presidencial por el PRM. Las encuestas revelan que la alcaldesa del Distrito tiene mayor control de estructura partidaria, pero las mismas investigaciones otorgan más puntos al ministro de Turismo, que a su vez es el político mejor valorado dentro de esa entidad.

Mejía aventaja en oratoria y se muestra más accesible. De la misma forma que se reúne con empresarios se le ve abrazar a una vieja sin dientes en Sabana Perdida. Tiene mayor chispa.

En cambio, David exhibe ecuanimidad, es bien parecido y ha mostrado pulcritud en el manejo defondos públicos durante sus pasos por el Ayuntamiento como por Turismo.

Sin embargo, no es lo mismo ser alcalde o ministro que aspirar a la Presidencia, que no debía ser por simple ambición. Se requiere tener inquietudes sociales, estudiar los problemas y elaborar un plan.

Surge, pues, la pregunta: ¿qué plantean Carolina y David para el desarrollo de la República? Ambos se limitan a resaltar la obra de gobierno de Luis Abinader, cuyas características son la plutocracia, el nepotismo (prohibido por ley),el déficit fiscal, la falta de inversiones en obras, el crecimiento excesivo de la deuda externa y los fideicomisos, que levantan suspicacias a muchos.

La capital luce limpia y bonita, pero ¿qué propone Carolina desde el Poder Ejecutivo, en caso de llegar? Esa dama articula ideas y pronuncia discursos. Empero, en una de sus alocuciones la vi decir que en el 2028 el país tendrá a una mujer de presidenta.

Eso no le suma, pues no se trata de un problema de género y en una sociedad machista, como la nuestra, esa tecla no debía moverla.

Lo aconsejable sería abogar por la igualdad de todos, que es un derecho consagrado en el Artículo 39 de la Constitución e inclusive aprovechar ocasión para rechazar ese Código Penal recién aprobado, por ser discriminatorio a la mujer y a otros sectores vulnerables.

El caso de David es peor. No lo he visto decir nada diferente al turismo (que ha crecido), lo que hace pensar que este es el único país donde los políticos aspiran a la Presidencia sin saber lo que van a hacer, pese a que todas las encuestas establecen que los problemas de los dominicanos son: el tema haitiano, inseguridad ciudadana, costo de la vida, corrupción pública, caos en tránsito, déficit en servicio eléctrico, falta de agua y de viviendas, problemas de medio ambiente y, evidentemente, falta de inversiones en obras de infraestructura.

Es solo conocer los problemas, buscar programas de candidatos de los últimos 25 años y procurar propuestas de aspirantes de países del área para escoger aspectos que sean adaptables a nuestra realidad.

Se incluye y se excluye y con ideas propias se da un sello personal, sin dejar de plasmar el fortalecimiento de nuestra moneda, dinamizando la producción agropecuaria e industrial y estimulando zonas francas para incrementar exportaciones.

Además, hay que seguir desarrollando turismo y buscar inversionistas extranjeros que levanten empresas en diferentes áreas.

A la muerte de Trujillo el 70 por ciento de la población era rural y el 30% urbana. La tasa de analfabetismo oscilaba entre el 43% y el 70%. Hoy entre el 74 y 78.7% reside en zona urbana y del 21.3 al 25.75 vive en los campos.