Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Ante un paciente que está deprimido con frecuencia los terapeutas le aconsejan no visitar enfermos graves, alejarse de las funerarias; abstenerse de escuchar malas noticias y, de preferencia, juntarse con gentes optimistas.

Pero resulta que no existe una fórmula mágica para ser optimista.

Las noticias que consumimos de todo el continente tienden a incrementar la desesperanza y el pesimismo.

Mi colega español Luis Rojas Marcos dice al respecto: “Gracias a la gran capacidad humana de razonar, de aprender y de cambiar, las personas que se lo proponen y están dispuestas a invertir su tiempo en el empeño, tienen la posibilidad de aumentar su predisposición natural al optimismo”.

Algunos consejitos para alimentar el positivismo

No te abrumes sólo por lo que sucede, entiende que es tu particular forma de ver las cosas lo que te abruma. Un trueno no es necesariamente una catástrofe, sino que interpretado positivamente puede  convertirse en lluvia, ser un aliciente para la temperatura y hasta refresca el calor agobiante que padecemos en estos días.

Otra sugerencia consiste en aplicar el poder de la imaginación.-

Mucha gente se adelanta negativamente a un hecho, pongamos por ejemplo el acudir a una entrevista de trabajo o a un examen final en la universidad. Te sugiero visualizarte en el escenario temido, relajado, con la imaginación puesta en que todo quedará bien, con realismo pero con las agallas suficientes para decirte: “Sé que voy preparado y quedaré bien”.

 Actitudes como la inseguridad, el pesimismo y la ansiedad anticipada ante los eventos se inician en la infancia y tengo unos consejos para los padres y maestros:

Utilice un leguaje optimista. Los niños aprenden por imitación y son esponjas de lo que ven y escuchan en la casa. El papá regresa de su trabajo y en la mesa ante toda la familia exclama: “Qué día tan bueno, he realizado todas mis tareas y mañana será mejor… ¿y ustedes?”, dice dirigiéndose sonriente al resto de la familia.

Otra observación: no utilices los términos como éxito versus fracaso.

Muéstrales a tus hijos que cometer un error no es sinónimo de fracaso, sino que los tropezones hacen levantar los pies. “Mi hijo, esa asignatura que reprobaste, sé que en los exámenes completivos le harás un gran regalo a toda la familia, tire pa’lante mi querido chiquitín”.

Celebre  los logros de sus hijos por pequeños que sean, eso les refuerza la conducta positiva. Hablar la verdad, auxiliar a un compañero desvalido, colaborar con el hogar, hacer las gestiones de la casa, ser respetuosos, son actitudes que deben ser alabadas en un marco de optimismo.

Potencia su confianza y ayúdales. No coartes sus iniciativas. “Papi quiero pintar el frente de la casa”, que lo haga y si le falta un brochazo, colabora, prémialo, estimúlalo y dale un obsequio y un aplauso.

Y quinto consejito a los padres: Mantén a tus hijos en actividades gratificantes, por ejemplo los deportes, que les enseñan a perder y a ganar, a ser caballerosos y a respetar reglas.

Juega con tus hijos y verás que con su motricidad e inteligencia te enseñarán muchas cosas.

Enséñales a no frustrarse por pequeñas carencias. “No te pude comprar tu bicicleta, pero mantenlo como una meta”; sonríe siempre cuando algo te haga falta y ten en cuenta que la felicidad y el optimismo son metas a perseguir en cada minuto de una linda vida que te queda por delante.

El Nacional

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