República Dominicana cumplirá hoy 50 años de celebrar elecciones cada cuatro años en forma ininterrumpida, en sostenido esfuerzo de la población y la clase política para que cada edición de ese certamen supere errores o inobservancia de los anteriores y alcance la plenitud en transparencia y pulcritud.
Este domingo, los dominicanos acuden a las urnas en la seguridad de que ejercen un derecho y cumplen con un deber cívico que ayuda a fortalecer una democracia que se ha consolidado a lo largo de medio siglo, como se forja el acero.
Los colegios electorales se abren hoy de par en par para que los ciudadanos sufraguen libremente, en uso y disfrute de un espacio democrático que la colectividad cuida con celo porque ha sido herencia del sacrificio y la determinación de varias generaciones.
Ejercer el voto es un acto supremo de civilidad y de conciencia que contribuye con el fortalecimiento de la gobernanza y la convivencia, además de elevar hasta el infinito la voluntad del ciudadano de elegir y ser elegido.
Votar es un derecho irrenunciable e indelegable, un privilegio ciudadano, que se ejerce en conexión directa con la voluntad y la conciencia, sin ningún tipo de restricción, para que el elector adquiera de manera absoluta la condición de ente soberano.
La campaña electoral concluyó el viernes, y la población pudo reflexionar durante el sábado sobre el destino de su voto, por lo que hoy el escenario corresponde al votante y a la democracia, en protagonismo cívico que todos están compelidos a ejercer.
Arbitros electorales, funcionarios de colegios electorales y delegados de partidos tienen la responsabilidad de salvaguardar el valor del voto para que quede expresado fielmente en los resultados de estas elecciones presidenciales, congresuales y municipales.
Los comicios de hoy han de reflejar un significativo avance en término de montaje y organización, con relación a todas las elecciones presidenciales celebradas desde 1966, clara señal de que la democracia y la voluntad ciudadana se reflejan en el voto, un derecho sagrado que todos deben ejercer.