POR: Juan Arístides Taveras Guzmán
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Desde que fuimos libres e independientes en 1844, comenzaron las diferencias entre nuestros dos países, la Republica Dominicana y la Republica de Haití, con sus altas y bajas, explicables en el fondo por ser ambos pueblos de orígenes distintos y soberanos, costumbres, religiones, hábitos y desarrollo, etc. Aunque la otra ala de la isla le ha faltado tiempo o deseo parece, de estudiar sus realidades históricas olvidándose de que fueron el primer país de América de origen negro en independizarse, por lo menos esta histórica hazaña los compromete a observar los motivos que tuvieron, como los dominicanos que logramos nuestra independencia, precisamente de Haití, que nos intervinieron por 22 años.
Estas diferencias reitero que son explicables y mas adonde han llegado, donde afortunadamente en este momento, gracias a Dios y al manejo sensato y diestro de nuestro presidente. Ambos gobiernos tanto el nuestro como el de Haití, han iniciado un dialogo al más alto nivel con la mediación de las Naciones Unidas, la OEA, Venezuela entre otros útiles mediadores amigos de la comunidad mundial.
El momento que vivimos demanda de hombres y países de mayor entendimiento para ayudar a enderezar las economías, victimas de crisis repetidas, donde ha fallado la solidaridad con frecuencia y una supervisión mayor de la misma en el mundo, para que no sigan ramificando males y pobrezas como ahora mismo afecta a la humanidad.
Solo Dios sabe a donde nosotros hemos llegado estudiando a nuestro vecino pueblo, siempre albergando la esperanza de su desarrollo. Nunca olvido en mis tiempos cuando fuimos diplomáticos 3 ocasiones y canciller de la Republica, entre otras experiencias, las veces que intercedimos, defendiendo al vecino Haití, en conclaves internacionales, especialmente en la ONU, pidiendo la urgente ayuda mundial para aquel pueblo, que llego a llamársele la llaga sangrante en la comunidad internacional.
Quiero felicitar el discurso que pronuncio nuestro presidente el Lic. Danilo Medina, en el encuentro de la Celac, donde puntualizo magistralmente un discurso destacando la defensa de su país libre y soberano con dignidad y pertinencia, frente ataques impropios y fuera de la agenda oficial, de sectores del CARICOM y otros.
Felicito los avances logrados hasta la fecha entre los dos países donde ya se han aprobado útiles acuerdos para ambos pueblos, abriendo el horizonte que podíamos lograr ambos países para nuestros desarrollo y beneficios reciprocos, en varias vertientes si actuamos con sensatez y agradecimiento como buenos vecinos que somos.

