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Es un sistema, no es una planta

La principal característica de la electricidad es que es un flujo y no un bien almacenable, fruto de la existencia simultánea de dos procesos: generación y consumo.

En esencia, el sector eléctrico es un sistema compuesto de los procesos de generación, el de consumo y un flujo (la corriente eléctrica) que integra a los dos primeros en el tiempo y el espacio.

Si la producción y el consumo de electricidad no ocurren en el mismo lugar, entonces el sistema incluiría otros dos procesos tecnológicos: transmisión y distribución.

En ese sentido, lo que caracteriza a ese conjunto a escala nacional – generación, transmisión, distribución y consumo – es la fuerte interdependencia – temporal y espacial- entre sus componentes.

La relación temporal entre la generación y el consumo es caracterizada por la simultaneidad, es decir, que la generación y la utilización de la electricidad son simultáneos y no es posible que ocurran en momentos distintos de tiempo.

De igual modo, cualquier evento que ocurra en el proceso de generación tendrá consecuencia instantánea en el proceso de consumo y vice-versa. Es como el alumbrado: no se enciende un bombillo primero y un rato después llega la luz, no, ambos fenómenos ocurren simultáneamente.

De ese modo, las principales características del producto electricidad son su no almacenabilidad y la interdependencia sistémica entre los procesos de producción y de consumo.

En función de esos atributos, la industria eléctrica presenta algunas especificidades técnico-económicas que merecen destacar: (a) la necesidad de anticipar el comportamiento de la demanda y (b) la sobrecapacidad planeada, tanto de producción como de transporte, debido a las características de la curva de demanda eléctrica que experimenta periodos de pico y de valle durante el día.

Sumados a los elevados volúmenes de inversión y los largos plazos de recuperación, esas especificidades tecnológicas explican la importancia de la coordinación entre los diferentes tramos y empresas del sistema eléctrico

Ese conjunto de peculiaridades legitimó, en la segunda mitad del siglo pasado, el desarrollo de un modo de organización industrial estructurado por empresas integradas verticalmente y operando en régimen de monopolio.

El Nacional

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