Las crisis electorales tienen que ser enfrentadas con apertura al diálogo, a la concertación y a encontrar soluciones que vayan en beneficio del país.
Mientras las autoridades competentes investigan a fondo todo lo referente a las abortadas elecciones, es momento de actuar con apego a la ley, cabeza fría y sobre todo con la línea del consenso en las manos.
El tremendismo lleva al fracaso. Ante todo debe primar el mantenimiento de la paz y las instituciones nacionales. Para dirimir conflictos están el Tribunal Superior Electoral y el Tribunal Constitucional, y no la toma de las calles y la quema de gomas.
En su discurso de esta semana, el Presidente Danilo Medina fijó la línea que debe seguir el país, para que siga reinando un clima de paz, de libre empresa, de concertaciones y de hermandad.
Cuando el pueblo va a un torneo electoral, no es a tomar las armas para verter sangre, sino para escoger a sus mejores candidatos, a los que les prometen tranquilidad y desarrollo.
Hay que tener fe en las instituciones nacionales, para poder salir de una crisis, a donde nos han metido la ambición de algunos dirigentes de oposición, que en la búsqueda de sus beneficios personales, les importa el destino y el fortalecimiento de la democracia nacional.
A luchar todos para mantener la paz, la tranquilidad, el desarrollo y que se celebren sin violencia y entorpecimientos las elecciones municipales, congresuales y presidenciales. La verdad no se impone con la turba-multa, sino con la razón.
