Es indiscutible que, al dinamizar un proceso aumentamos su rendimiento. La economía no es la excepción. Partiendo de esa premisa, sería recomendable modificar la frecuencia de pago por parte del Gobierno, a sus empleados, de mensual a quincenal, esto así, porque la elevada suma de dinero que representa la nómina publica, aunque sea dividida en dos, siempre impactara positivamente, la actividad comercial del país.

La mayoría de los empleados que reciben salarios inferiores a cien mil pesos mensuales, no tendrían que recurrir a los prestamistas, quienes les cobran altos intereses. Esas dos realidades son suficientes para motivar a las autoridades competentes a tomar las iniciativas de lugar, a fin de que se implemente el pago quincenal.

La realización material de los dos pagos al mes, supongo que no implica mayores dificultades, dado el sistema electrónico que se utiliza para esos fines. La tecnología nos ofrece oportunidades que cuando las aprovechamos adecuadamente, derivan en beneficios tangibles para todos, y digo todos, porque quiero significar Gobierno y ciudadanía, puesto que el efecto de cobrar nuestros salarios genera alegría colectiva, lo cual reduciría sensiblemente los conflictos y desavenencia familiares que genera la falta de efectivo.

Es obvio que si por cualquier razón, la violencia intrafamiliar se reduce, la labor de gobernar se hará mucho más eficiente, los recursos económicos que se distraen para subsanar las consecuencias de esos males alcanzarían mejor para desarrollar más y mayores planes de salud, educación seguridad ciudadana, agua potable, etc. Como se puede observar, la economía es un elemento transversal en la vida de los pueblos, por eso un cambio positivo que puede parecer irrelevante contribuye a que se logren mejoras importantes.
Ojalá estas ideas sean acogidas favorablemente.