Para hacerlo en vida, no después de la partida, dispondré en abril, la donación de mis bibliotecas. Así obsequiaré a personas y familiares, vivas y fallecidas, más de mil fotos enmarcadas de mis galería-museos.
Mis oficinas como jurista y Gran Comisionado del Consejo Dominicano de Derechos Humanos, están situadas en San Cristóbal y Santo Domingo, respectivamente hace más de 45 años.
En las mismas se repartirán colecciones, libros de grandes valores jurídicos, científicos, constitucionales, históricos, geográficos, de grandes escritores mundiales y dominicanos, culturales, Libros de poemas y otros.
La elaboración de la galería se contempló en un tiempo de 20 años. Parte de las bibliotecas serán otorgadas a sus hijos, Domingo José, Evelin y Jean Carlos.
Las otras partes de los libros se donaran a escuelas donde mi madre, profesora Mercedes María Nina, ofreció clases y algunos centros educativos donde yo estudie, como la escuela de Sección Los Mineros, Najayo Arriba y la escuela Adventista del 7mo día, escuela Enedina Puello, Juan Pablo Pina y el Liceo Manuel María Valencia.
Me honró en hacer esta obra en mi pueblo de San Cristóbal, para que con estos libros se beneficien niños, adultos y otros ciudadanos amantes de los estudios y la cultura.
Este legado, junto a mi moral, honradez, dignidad trabajo, el ejercicio del profesorado, cátedras y obras de bienes realizados, las tendrán en su oportunidad en paz junto al creador Jesucristo.
Mi nombre brillará siempre en San Cristóbal y el país.