Crisis del agua
La celebración cada 22 de marzo del Día Mundial del Agua, instituido en 1993, constituye un llamamiento a los educadores, responsables políticos y al conjunto de la ciudadanía para la defensa de un bien que es esencial para la vida. Nos referiremos, como contribución a este llamamiento, a dos de las muchas iniciativas con las que la ciudadanía está respondiendo a la emergencia que se está viviendo en São Paulo. Iniciativas que conviene dar a conocer, impulsar y generalizar.
Este mes debe consagrarse como mes de conservación del derecho agua y su impulso debe ser avalado por los gobiernos regionales y decimos esto porque ya existen zonas en las cuales el problema no tiene solución. Las medidas necesarias para evitar la sed del planeta son conocidas y reclaman la acción responsable de la ciudadanía , porque el acceso al agua es un derecho humano… del que no disfruta plenamente buena parte de la humanidad: no podemos olvidar que, según datos de Naciones Unidas, cerca de 800 millones de personas viven sin agua potable en el mundo y que cada día mueren 2000 niños y niñas por beber agua contaminada. Ni podemos ignorar los serios peligros de que la crisis hídrica afecte al conjunto de la humanidad.
Las medidas necesarias para evitar la sed del planeta son conocidas y reclaman la acción responsable de la ciudadanía (ver el Tema de Acción Clave Nueva Cultura del Agua), porque el acceso al agua es un derecho humano… del que no disfruta plenamente buena parte de la humanidad: no podemos olvidar que, según datos de Naciones Unidas, cerca de 800 millones de personas viven sin agua potable en el mundo y que cada día mueren 2000 niños y niñas por beber agua contaminada. Ni podemos ignorar los serios peligros de que la crisis hídrica afecte al conjunto de la humanidad. Es preciso, sin embargo, cuestionar estas ideas engañosas de desastre “natural” y de problema exclusivamente regional.
El descenso de la pluviosidad útil, capaz de recargar los acuíferos, no es un fenómeno inesperado e inexplicable, sino una catástrofe anunciada desde hace años, tanto para el sudeste brasileño como para muchas otras regiones del planeta.
De hecho innumerables países están sufriendo en los últimos tiempos sequías excepcionales y/o lluvias torrenciales, causantes ambas de dramáticas pérdidas. Numerosos estudios científicos han explicado las causas del incremento de estos fenómenos extremos y han propuesto acciones correctoras, aunque intereses particulares a corto plazo han impedido hasta aquí adoptar las medidas necesarias, con lo que se corre el peligro de hacer irreversible el proceso de degradación. Nuestro país tiene serios problemas de desperdicio y mal uso de nuestro petróleo azul, cualquier medida destinada a conservarlo es bien recibida por todos pese a las ignorancias que se manifiestan a diario por falta de educación y aplicación de las leyes vigentes.