Crisis de agua
Los procesos climáticos que se nos avecinan, algunos ya están aquí, nos indican que la producción agrícola, la alimentación, la ausencia de agua y todos ellos sumados a una población fronteriza con serios problemas de manejos de recursos nos están indicando que de no administrar, conservar y gestionar el recurso agua tendremos serios problemas humanos, razón por la cual nos acusarán, como en otras ocasiones de racismo, de violación de derechos humanos y básicamente de no enfrentar los problemas que nosotros no hemos creado. La desproporción en las construcciones en montañas han creado otro problema con la extracción de agua, que al final merma a los afluentes que conforman los ríos.
Esta es una crisis bien seria, pues después de haber creado un paisaje artificial en las ciudades llenas de multifamiliares sin cálculos de consumo individual de aguas, energía eléctrica, y otros servicios, como la basura, han hecho que la bonanza artificiosa que tenemos haga creer que podemos destruir todo el entorno natural construyendo en zonas montañosas.
Cuando la realidad es que nos estamos robando espacio y calidad de vida todos, unos por exceso y otros defectos. A decir verdad, son los problemas de actitud y comportamiento los que yacen en el meollo de la crisis. Conocemos cuáles son los problemas (si bien no todos) y dónde reside gran parte de los mismos. Tenemos conocimiento y experiencia suficiente para empezar a tratarlos. Hemos desarrollado excelentes conceptos, tales como los de equidad y sostenibilidad.
Y no obstante, la inercia al nivel del liderazgo, y una población mundial no plenamente consciente aún de la escala del problema -y en muchos casos no suficientemente habilitada para hacer mucho por remediarlo- significan que no estemos emprendiendo las necesarias medidas correctivas oportunas y no llevemos los conceptos a la acción. Los retiros mundiales de agua se multiplicaron por seis en el transcurso del último siglo. Se ha estimado que la humanidad actualmente se apodera del 54% de la correntía accesible, y podría estar utilizando 70% para el año 2025. La cantidad de aguas dulces en el mundo sigue siendo la misma, pero su distribución desigual y la demanda cada vez mayor crea crecientes escaseces.
En la actualidad, aproximadamente un 40% de la población mundial vive en zonas con estrés de agua moderado a alto. Para 2025, se espera que esta proporción aumentará a dos terceras partes, o sea 5.500 millones de habitantes. Al no tener estimados reales de los gastos corrientes de aguas de personas que tienen casas afuera de la ciudad esto nos crea un problema nuevo que el gobierno tendrá que asumir. Pues al parecer ningún organismo ambiental asumirá este costo político.
El informe GEO 3 del PNUMA ofrece diferentes situaciones de escaseces de agua. “Primero los Mercados» adopta las expectativas preponderantes en los países desarrollados de hoy y serios aumentos de estrés en casi todas partes del mundo. “Primero la Sostenibilidad” -un paradigma nuevo de medio ambiente y desarrollo- muestra que la zona bajo severo estrés de agua se mantiene más o menos constante.