46 años de arte popular
El Nacional ha sido un testigo fiel y un co-protagonista constante y firme del discurrir de la vida dominicana a lo largo de 46 años que hoy se cumplen con las mismas condiciones con las que nacimos el 11 de septiembre de 1966: diversidad de opiniones, actitud de servicio, apego a la verdad e incondicionalidad en la lucha por el respeto a los derechos humanos y las libertades públicas.
Al momento de definir el tema de este Suplemento Especial, teníamos virtualmente una deuda pendiente desde el pasado año cuando editamos los 45 años de caricaturas editoriales, entrega que tuvo gran acogida e impacto por su valor histórico, al compilar el trabajo de sus cinco caricaturistas y lograr reunirlos para una foto histórica.
Esa deuda temática se adquirió al visualizar un área, que ha estado presente en nuestras páginas desde aquella nostálgica y siempre presente primera edición: el arte popular, la farándula, el quehacer artístico, y los deportes cuentan a su favor con un poder de atracción tan intenso y singular, que lleva a uno a preguntarse, ¿cuál es la razón por la cual la vida y obra de los artistas resulta de interés público?
La razón parece estar en los deseos internos de fama de cada quien, que desde sus adentros, asimila como una meta a lograr, la vida estelar y aparentemente feliz de los artistas, con todo el cóctel incluido: reconocimiento público, fama, acceso a dones materiales y el contar con el aplauso de las multitudes.
La razón para que la farándula sea ese imán temático tiene que ver con la curiosidad y morbosidad colectiva, elevada a la categoría de gran chisme social compartido, al divulgar los detalles de la vida personal, sus amores, sus adicciones, sus debilidades, sus egos a veces descontrolados, la incapacidad para manejar la fama y fortuna, generando situaciones que se mueven en escalas que incluyen desde lo trágico hasta lo ridículo, pasando por el desarrollo de conflictos a causa de los egos artísticos y las competencias que impone la conquista de patrocinios en una nación en la que no hay tanto para darle a todos y dónde los mecenas parecen brillar, a excepción de unas pocas empresas importantes, con criterio de responsabilidad social frente al arte.
Han sido 46 años de divulgación, debates, promoción, confrontaciones, proyección de obras y artistas que quedan históricamente registradas en nuestras páginas, las mismas a las que hemos tenido que acudir para ver cómo ha sido el periodismo de arte popular que hemos hecho, sus diversos columnistas, sus suplementos y revistas, sus enfoques y análisis.
Todo el arte popular ha pasado por nuestras páginas.

