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El ajusticiamiento de Trujillo cumple 50 años

El ajusticiamiento de Trujillo cumple 50 años

El martes 30 de mayo de 1961,  Trujillo desayunó como siempre lo hacía: evitando alimentos pesados, y prefiriendo jugos y frutas.

Los hombres involucrados en la acción tiranicida eran: Antonio  de la Maza, Antonio García Vásquez y Luis Manuel Cáceres Michel, Antonio Imbert Barrera, Salvador Estrella Sadhalá, Huáscar Tejeda y Roberto Pastoriza, a quienes se agrega el  teniente Amado García Guerrero, persona clave del Grupo de Acción (que debía informar el día y hora cuando el dictador viajaría a San Cristóbal).

“El hombre sale ..”

García Guerrero puso en tensión todo el aparato de la  conspiración. A las cinco y media de la tarde del martes 30 de mayo, Miguel Ángel Báez Díaz telefoneó a Antonio de la Maza y le comunicó los planes del dictador para esa noche, quien contactó a Salvador Estrella Sadhalá y llamó a Pedro Livio Cedeño y a los ingenieros Huáscar Tejeda y Roberto Pastoriza para informarles que esa noche podría presentarse la oportunidad por la que tanto habían esperado

Aproximadamente a las 7 de la noche, los integrantes del Grupo de Acción que residían en la capital estaban enterados de los movimientos que hacía De la Maza para congregarlos en la avenida que conduce a San Cristóbal con el propósito de emboscar a Trujillo.

A la espera

Los que  estuvieron esa noche: Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert Barrera, Amado García Guerrero, Huáscar Tejeda, Roberto Pastoriza Neret y Pedro Livio Cedeño.

En la residencia de Juan Tomás Díaz se efectuaron varias reuniones, primero con su hermano Modesto, y luego con su primo Miguel Ángel Báez Díaz, un hermano de éste, Tomás Báez Díaz y su esposa. Asimismo, el doctor Bienvenido García Vásquez, casado con Marianela, hija del general Díaz. Pedro Livio Cedeño,  fue a la casa de éste en procura de una pistola.

Tan pronto el Grupo de Acción se retiró para la avenida, los principales dirigentes del Grupo Político decidieron trasladarse a la casa de Marianela Díaz, a esperar por el desenlace de la delicada misión tiranicida.

Los  siete hombres llegaron a la avenida George Washington, deteniéndose en un punto que mediaba entre el restaurante El Pony y el Teatro Agua y Luz, se repartieron las armas y se distribuyeron en tres vehículos que situaron estratégicamente en tres lugares equidistantes.

Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barrera, Salvador Estrella Sadhalá y Amado García Guerrero abordaron el vehículo principal, que se estacionó frente al Teatro Agua y Luz, en el lado sur de la avenida, en dirección oeste-este. Unos cuatro kilómetros más adelante, en la misma dirección que el vehículo principal, aparcó el segundo auto ocupado por el ingeniero Huáscar Tejeda y por Pedro Livio Cedeño; mientras que el tercer coche, conducido por el ingeniero  Pastoriza Neret, se ubicó en el kilómetro 9 de la autopista, en dirección este-oeste

Tiempo de muerte

A las 9:50 de la noche, (esperaron  hora y media) se ve el carro en que viajaba Trujillo por la avenida George Washington, en dirección este-oeste. Cuando éste pasó frente a ellos, en las inmediaciones del Teatro Agua y Luz.

 El primer disparo hecho por De la Maza también alertó a Huáscar Tejeda y a Pedro Livio Cedeño, quienes de inmediato pusieron en marcha su vehículo y se dirigieron al escenario del tiroteo. Los cuatro atacantes de Trujillo se habían desmontado del auto y, parapetados, iniciaron un intenso intercambio de disparos con el chofer de Trujillo en medio de la oscuridad, pues en esa área ya no había alumbrado eléctrico. En apenas instantes de iniciado el tiroteo, a los cuatro tiranicidas se unió Pedro Livio Cedeño, mientras Huáscar Tejeda continuó la marcha en busca de su amigo Roberto Pastoriza, el conjurado solitario, pero cuando estos dos héroes llegaron al escenario del combate, Trujillo ya era cadáver. El intercambio comenzó cerca de las 9:45 de la noche y duró no más de diez minutos.

El dictador se resguardó detrás de su automóvil tratando de sortear la situación, pero en una acción combinada De la Maza logró deslizarse por el pavimento hasta acercarse a donde estaba Trujillo, mientras que Imbert Barrera avanzó hasta colocarse cerca de la parte delantera del carro. En ese punto, en medio de la oscuridad, De la Maza identificó a Trujillo (sobre todo por sus quejidos) y le disparó de nuevo, obligándolo a caminar trastabillando hasta la parte delantera de su auto, cuyas luces estaban encendidas con la sirena activada. Fue entonces cuando, frente a frente, el dictador se encontró con Imbert Barrera quien le hizo un certero disparo al pecho. Se trató, con toda seguridad, de un disparo mortal por necesidad, pero para cerciorarse de que Trujillo no quedara con vida ni un minuto más, Antonio de la Maza, a la velocidad de un rayo, emergió de la oscuridad de la noche y le descerrajó un tiro de gracia en el mentón, al tiempo que pronunció una expresión de auténtico sabor campesino: “Este guaraguao no come más pollos.”

(Relato basado en la cronología de Juan Daniel Balcácer, en el libro El tiranicidio de Trujillo, cuarta edición).

EL DATO

El acto final

Trujillo  murió envuelto en su sangre, tras haber derramado sin piedad la de muchos hombres y mujeres que se opusieron a su régimen de oprobio. En el 50 aniversario del ajusticiamiento, hay quienes desean maquillar la dictadura.

El Nacional

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