
La composición de Rosa José muestra el Monumento a Gabriel Mistral en Monte Grande, y a la izquierda, Isabel Gómez, presidenta de la Sociedad de Escritores de Chile.
Al cumplirse 136 años del nacimiento de Gabriela Mistral, recibí una invitación de la Sociedad de Escritores de Chile, por intermedio de su actual presidenta la poeta Isabel Gómez, para que formara parte de un evento donde se reconocería la obra y la trayectoria de la mujer que fue la primera persona en recibir el Premio Nobel de Literatura en América Latina.
Anteriormente, en 1936, el argentino Carlos Saavedra Lamas había recibido el Nobel de la Paz.
Mistral, llamada “La maestra de América”, fue la quinta mujer en el mundo en recibir ese importante galardón; la primera había sido la sueca Selma Lagerlo, en 1909; en 1938 lo recibió la estadounidense Pearl S. Busch.
El 10 de diciembre de 1945 la mística educadora de niños y cantora triste de la vida, recibió de manos del rey Gustavo de Suecia, el premio más importante de las letras.
El gobierno de Chile no se margina de los altos méritos conquistados por la intelectualidad de su pueblo y ha oficializado el 2025 como “Año de Gabriela Mistral”.
El presidente Gabriel Boric ha involucrado a todos los ministerios y nombró una comisión presidida por Carolina Arredondo, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, con el objetivo de planificar y coordinar las celebraciones y actividades que honren el legado de la poeta.
La misión encomendada se extenderá hasta el 10 de diciembre, fecha en que se cumplen 80 años del memorable acontecimiento.
Por eso el 2025 todo Chile será Gabriela Mistral.
El mandatario, al reconocer la importancia de la conmemoración, le inyectó una nueva dosis de profundidad acogiendo patrocinar un proyecto de ley introducido por cuatro senadores, para cambiarle el nombre a la lV Región de Coquimbo, donde nació la ilustre poeta, para que en adelante se le llame “Región de Coquimbo de Gabriela Mistral”, lo que será un hito cultural en América Latina, igualándose a Uruguay donde existe el pueblo José Enrique Rodó, en honor del ensayista, autor de las célebres obras “Ariel”, y “Los Motivos de Proteo”.
Los otros participantes en este homenaje de la SECH, además de Isabel Gómez y Edmundo Moure, fueron Eugenia Brito, Soledad Fariña, Waldo Rojas y Jaime Quezada, educadores y poetas; Quezada, de larga trayectoria, es un destacado experto en la obra literaria de la homenajeada.
Gabriela Mistral nació en Vicuña, el 7 de abril del 1889. Se cultivó como maestra en una escuelita habilitada en su propio hogar, en Monte Grande, donde vivió desde niña.
Tuve la oportunidad de cruzar las empinadas faldas del Valle
del Elqui y llegar hasta esa casa-escuela que aún se conserva, convertida en museo. Conjuntamente, allí está su tumba, que también visité.
Cosa curiosa es que su nombre real era Lucila de María Godo Alcayaga, pero se puso de apodo Gabriel Mistral por la influencia que ejercieron sobre ella dos poetas, el italiano Gabriele D’Annunzio y el francés Fréderic Mistral (Premio Nobel de Literatura en 1904).
Su vida fue la de una humilde maestra de campo con todas las limitaciones de la pobreza. Desde ese lugar originario, se fue levantando con mucho esfuerzo y deseos de superación, hasta convertirse en una referente de la poesía mundial.
Al momento de recibir el Nobel, Gabriela Mistral había publicado tres libros: “Desolación” (1920), considerado su obra más importante; “Ternura” (1924); “Tala” (1938); su obra póstuma es “El poema de Chile”.
En un comunicado oficial declarando el 2025 “Año de Gabriela Mistral”, el presidente Boric destacó nítida y contundentemente las razones:
Por sus aportes a la poesía. A la pedagogía. A la literatura. Por su alto nivel intelectual. Por su defensa a los derechos de los niños. Por su impacto en la sociedad chilena. Y otras cosas más.
El acto en el que me correspondió participar, fue el primero de todos los homenajes, públicos y privados que se les están tributando.
Por: Rafael Pineda
rafaelpinedasanjuanero@gmail.com
El autor es poeta.