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El carácter hospitalario

El carácter hospitalario

De qué nos vale tener líneas de metro, túneles, elevados, paso a desnivel, un Gran Santo Domingo repleto de torres y avances tecnológicos? “Una gran ciudad es, por desgracia para muchos, un gran desierto”, dijo Thomas Fuller. Mientras más grande es una ciudad menos se conoce la gente y mayor es la ausencia de vecindad.
El denominado carácter hospitalario de los dominicanos desapareció hace más de una década, por la criminalidad que genera el afán de lucro, la desconfianza recíproca entre los ciudadanos y hacia las propias autoridades que tienen la supuesta misión de preservar el orden público y la tranquilidad.
El Gran Santo Domingo, al igual que otras ciudades del país, se ha constituido en un verdadero infierno. Y muchos valoran la posibilidad de irse a residir al exterior o retornar a sus pueblos de origen, pero los compromisos de trabajo y los estudios universitarios de hijos son ataduras que en algunos casos impiden el abandono del peligroso ambiente.
Observo cierta preocupación en el jefe de la Policía Nacional por el auge de la delincuencia. Ese funcionario, sin embargo, sólo puede apelar al patrullaje de miembros maleados y peor remunerados. Esa institución amerita de presupuesto, tecnologías, capacidad investigativa, una depuración total de su personal y recobrar confianza.
Y trabajar en conjunto con la Dirección Nacional de Control de Drogas, porque no es un secreto que el narcotráfico es un factor determinante en el auge del crimen organizado, en el que juegan roles protagónicos funcionarios civiles y militares, inclusive legisladores. Habría que ver, además, si el presidente de la República otorga luz verde para que caigan altares.
El problema es más complejo de lo que muchos podrían imaginar, pero es llegando a las raíces que se combate la delincuencia. El patrullaje y la eliminación de jóvenes rateros de los barrios es más bulla que otra cosa, por lo que no se vislumbra el retorno del sosiego de otros tiempos. Y el carácter hospitalario de los dominicanos no se recobra jamás.

El Nacional

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