El presidente Luis Abinader cree que la misión de seguridad liderada por Kenia en Haití se extendería hasta final de año y no concluiría en octubre como estaba programado, pero prevalece la incertidumbre de que ese convulsionado país se quede sin asistencia internacional por poco o mucho tiempo.
Sea el mes entrante o a comienzo de 2026, el destino de Haití queda en manos de Estados Unidos que procura asumir el rol central en la coordinación de una fuerza especial que contaría con unos 5,500 efectivos, según reveló el mandatario dominicano.
El proyecto de una misión internacional de apoyo a la policía haitiana nunca se cumplió a cabalidad porque de los 2,500 militares previstos para integrarla, solo se enviaron 700 efectivos, que no participan en acciones contra las pandillas que asolan a esa nación.
Aunque el presidente Abinader, durante su comparecencia en la rueda de prensa La Semanal, realizada ayer en Santiago, reiteró el respaldo del Gobierno a la propuesta de Washington de reemplazar la misión actual por un contingente de más de cinco mil tropas, prevalece el temor de que Haití quede al desamparo.
El presidente Donald Trump centra hoy su atención en el plan de paz en Gaza, que anunció en la víspera tras sostener un encuentro con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que consiste en instalar en el lado palestino un gobierno de transición sin Hamás, supervisado por una junta que presidiría el propio Trump.
Ese plan, que contaría con el respaldo de Netanyahu, desplaza a un segundo plano las diligencias que encamina el Departamento de Estado para promover una fuerza de paz en Haití con el concurso de Naciones Unidas, lo que contrasta con el nivel de urgencia requerido para suplantar a la fuerza liderada por Kenia.
Las tropas kenianas, a punto de terminar su misión, se dedican básicamente a la custodia de edificios públicos, lo que ha permitido a las bandas armadas consolidar y extender dominios territoriales en gran parte de Puerto Príncipe, donde han producido matanzas con saldo de centenares de fallecidos y miles de desplazados.
En lo que el hacha va y viene, hace bien el presidente Abinader en reiterar (otra vez) que el Gobierno reforzará la protección militar en la frontera, porque la crisis haitiana se recrudece en vez de aliviarse, sin saber si las tropas kenianas se van o se quedan o si de verdad sería reemplazada por una misión con 5,500 efectivos para afrontar y frenar a las bandas armadas. Cruzar los dedos.