Estados Unidos detectó y sancionó a un miembro del Consejo Presidencial de Haití que dijo protegía a las bandas criminales que fomentan la violencia y la inseguridad en la atribulada nación.
Puede darse por descontado que Fritz Alphonse Jean, a quien Washington canceló el visado, no era la única real o supuesta cuña que tenían en el Gobierno los pandilleros, quienes, pese al despliegue de tropas internacionales, se muestran desafiantes y controlan gran parte del territorio.
Es importante que al dar cuenta de la sanción al funcionario, a quien acusó de financiar y obstaculizar la lucha contra las pandillas, Estados Unidos haya ratificado su compromiso con la estabilidad social y política de la vecina nación.
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Empresarios y políticos haitianos han sido detenidos y sancionados por Washington por sus vínculos con los grupos criminales que han sembrado el terror y la inseguridad en la nación. Pero si se ahonda en la investigación puede darse por descontado que se encontrarán otros pesos pesados que respaldan las operaciones de las tenebrosas pandillas. La vecina nación no solo ha sido víctima de la ingobernabilidad, sino de una espantosa crisis alimentaria y sanitaria.

