Editorial

El monstruo

<P>El monstruo</P>

En menos de 15 días, las autoridades han desmantelado una red cívico militar asociada al contrabando de drogas por el aeropuerto Punta Cana y otra  dedicada al lavado de dinero proveniente del narcotráfico e incautó más de mil kilos de cocaína en tres operativos por mar y tierra, claras señales de que cárteles del narco han escogido a República Dominicana como su principal centro de operaciones y mercadeo.

Ayer mismo en la madrugada fue decomisado un lote de 500 kilos de cocaína a bordo de una lancha procedente de Venezuela, en un operativo en el que participaron personal de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Marina de Guerra y  Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).

El Ministerio Público informó que al grupo dedicado al blanqueo de  dinero, que operaba a nivel internacional,  le fueron incautados unos tres millones de dólares, además de  bienes inmuebles, vehículos y otras propiedades, lo que completa un cuadro altamente preocupante sobre penetración y auge del narcotráfico y crímenes conexos en territorio nacional.

Oficiales superiores de institutos castrenses y de la Policía han sido involucrados  con redes del narcotráfico, a las que se dice han servido desde puestos clave en la DNCD, puertos y aeropuertos, al punto que  varios  acusados han sido extraditados para ser juzgados por la justicia estadounidense.

Otra fatídica consecuencia del uso del país como puerto de trasbordo de  toneladas de drogas hacia Estados Unidos y Europa, lo constituye el notable incremento del tráfico y uso de sustancia controlada en  casi todos los segmentos  de la población, así como la violencia, criminalidad y delincuencia que genera ese quehacer criminal.

Como ejemplo se  resalta  el asesinato a balazos de  tres jóvenes en un barrio de Santo Domingo Este en un pleito por el control de un punto de drogas,  suceso que ya forma parte de la cotidianidad de una sociedad asesinada por  el narco, cuya presencia infecta ya a la  economía, política, estamentos militares, policiales, áreas del Gobierno, farándula y hasta a la misma médula de la sociedad.

Antes de que el narcotráfico se trague a la República,  como ha ocurrido con otras sociedades del continente, es menester que Gobierno, Fuerzas Armadas, DNCD, Policía, Ministerio Publico y Justicia aúnen esfuerzos junto al sector privado para  poder frenar y vencer  a ese monstruo de siete cabeza que devora a nuestra juventud.

El Nacional

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