Me confieso asombrada con una serie de titulares que vienen apareciendo en la prensa del Canada. Uno, dice que las aerolíneas canadienses están alentando a sus ciudadanos a no viajar a Republica Dominicana, despues del decomiso, el 5 de abril, de 200 kilos de cocaina en una de sus aeronaves.
Otro afirma que el gobierno en Otawa esta recibiendo presiones para que obligue a Dominicana a entregar a la tripulacion, despues de la masiva captura de drogas. Y, para colmo, salio publicado un anuncio que dice: !Ayude a liberar a los miembros de la cupe que estan en prision en Republica Dominicana!.
En lugar de visitar a República Dominicana en Canadá se monta una campaña de descrédito contra el país
Es decir, en vez de que las autoridades canadienses en el pais (Consulado y Embajada) feliciten al gobierno dominicano porque sus acciones han evitado que dos mil gramos de cocaina invadan las calles de su pais y envenenen a la juventud canadiense, en Canada se ha orquestado una campaña internacional para presionarnos a liberar a los tripulantes de una aeronave en que afirman no «haberse dado cuenta» de que un cargamento de !200 kilos! de lo que fuera era mucho equipaje…
Esto nos recuerda un caso similar, cuando tres turistas canadienses, entre ellos un miinusvalido, violaron a una niña haitiana de ocho anos y la tiraron por muerta en un solar. En vez de pedir perdon publico al pais por la bestiarastia de sus ciudadanos, el Consulado se empeño en que libertaran al que no se pudo ir para devolverlos al Canada, donde seguro seguiran practicando la pederastia con sus propias ninas o las ajenass.
Nadie sabe que en el Canada desaparece un gran numero de niños y niñas cada año, y que traficantes vietnamitas suplen a autoridades gubernamentales en pleno centro de Otawa, de adolescentes asiaticas, porque «a los funcionarios gubernamentales, todos viejos y con esposas viejas, les encantan las jovencitas vietnamitas», segun me dijera, riendose, un desdentado camarero oriental en un supuesto restaurante adonde entré, pero no vendian comida, aunque su parqueo estaba lleno de automoviles con clientela para sus «centros de masajes…
Es el otro Canada, el de las fosas comunes de miles de niños indigenas, el contaminado y el contaminante.
¡Ni un paso atrás!