Las ideas tal vez un poco ambiciosas en aquel entonces no deben verse como utópicas, pues en la actualidad tenemos la experiencia de países que, en sus esfuerzos por perfeccionar sus mecanismos de controles, no solo cuentan con tres poderes, sino con cuatro o cinco, tales como la figura política del Poder Electoral. Tal es el caso de Ecuador que cuenta con cinco poderes entre los cuales están el Poder de la Función Electoral y el Poder de la Función de Transparencia y Control Social. La propuesta es de Hernández.
Aunque en la República Dominicana el Poder Municipal de Duarte no tiene rango constitucional como para ser considerado el cuarto poder, en el papel se plantea como una posibilidad, en vista de que la Constitución de la República y las leyes especializadas en el tema de los Ayuntamientos le brindan autonomía y personalidad jurídica a las Entidades Municipales.
Nuestra Carta Magna en su artículo 199: “El Distrito Nacional, los municipios y los distritos municipales constituyen la base del sistema político administrativo local. Son personas jurídicas de Derecho Público, responsables de sus actuaciones, gozan de patrimonio propio, de autonomía presupuestaria, con potestad normativa, administrativa y de uso de suelo, fijadas de manera expresa por la ley y sujetas al poder de fiscalización del Estado y al control social de la ciudadanía, en los términos establecidos por esta Constitución y las leyes”.
El Estado dominicano no se concibe al margen de los municipios, unidades geográficas y jurídicas, esenciales para proyectar su desarrollo de manera sostenible. De ahí que el poder municipal constituya el principio y razón de ser de los tres poderes en los que, política y económicamente, se sustenta la República.
Por tanto, un plan serio y realista debe estar basado en políticas locales que tomen en cuenta e integren a sus habitantes a los planes de crecimiento, en cada uno de los aspectos que contribuyan a lograr los objetivos con metas viables.
Duarte nunca pensó en la colectividad municipal como piñata o pastel de repartición de ventajas o repartición del erario. Insultan y manchan la memoria del Patricio los que se pelean por controlar un organismo inútil y obsoleto como la Liga Municipal, que apenas sirve para sustraer recursos que bien deben ser destinados al desarrollo de cada municipio, y al bienestar de sus poblares,
La democracia moderna pasa por un proceso de transformación cada vez más intenso, donde el simple voto electoral permite a los ciudadanos comprometerse y empoderarse a través de las diferentes ramas del quehacer político, social y económico.