Articulistas Opinión

El ruedo de la falda

El ruedo de la falda

Chiqui Vicioso

A Michelle Cohén

Todo el mundo vive repitiendo que este país “se jodió”, que nada funciona, y este artículo es para dares la buena nueva de que hay un grupo de mujeres, y hombres a quienes les pesa el ruedo de la falda, que quiere decir que son serios, honrados, y determinados cuando lo hay que ser.

Esta semana pasada pude conocer a Fiscales, Ayudantes de Procuradoras, Abogadas, Coronelas y Policías, a jóvenes Swats, que se toman muy en serio su trabajo de proteger a las mujeres de la violencia de género y a la infancia, a sus hijos, de la asqueante manipulación a la que los someten los padres cuando pierden la batalla, ya sea en el plano afectivo, o en el legal.

Es el caso de Michelle Cohén, la más brillante y trabajadora embajadora con que cuenta el actual gobierno, quien en dos años hizo más por las relaciones entre el Canada y este país, que cualquier otro embajador, demasiado ocupado consigo mismo como para molestarse siquiera por pasar por la Embajada.

Esa laboriosa y brillante profesional cometió un solo error: enamorarse de un hombre que no era su igual en ningún plano y desoír el consejo que me dio mi abuela hace décadas: “Los hombres se dividen en dos grupos: los que piensan como una y los que no existen”.

De seguir este consejo muchísimas mujeres se evitarían los conflictos que surgen de no ser psiquiatras, sociologas, o psicologas, para tratar de entender y curar el legado de los hombres con los cuales se asocian.

Por eso hay tantos feminicidios en el pais, sencillamente porque cuando un hombre no puede someter a una mujer, que ademas es inteligente y trabajolica, a su voluntad, entonces decide destruirla, asaltando su autosestima, sometiendola a un sistema de terror domestico, difamandolas, grabandolas con camaras, videos, celulares, y convirtiendo los hijos en calieses de sus madres, fomentandoles el odio y el rechazo a la mujer que los trajo a la vida.
He sido testigo de una de las historias mas aterradoras, penosas, e inconcebibles que una mujer, y un hombre, en este caso Fidelio, hayamos podido presenciar: La victimizacion de una persona excepcional por un cowboy cuya unica formacion familiar son los Western Americanos, la bestialidad de John Wayne, aquel “valiente vaquero” que se paró a abofetear a la indigena que fue a rechazar el Oscar de Marlon Brando por el genocidio contra las poblaciones indigenas.

Por suerte ese grupo de mujeres, a quienes saludo con respeto y admiracion, impidio el secuestro de los hijos de Michelle, la protegio y acompaño hasta su salida del pais. !Que viva la República Dominicana!