Las últimas encuestas que buscan medir el panorama electoral para las próximas elecciones, entre sus muchas otras lecturas, están arrojando un mensaje llamativo sobre la posición de un grupo ideológico particular de nuestro país, los ultra-nacionalistas cristianos. No obstante ser un grupo muy vocal, que siempre logra extender su mensaje a través de todos los medios de comunicación nacional sobre cada tema que deciden abordar, el ultra-nacionalismo que encuentra en la Fuerza Nacional Progresista y el Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano a sus principales abanderados, no está encontrando el respaldo electoral.
El último cuatrienio ha sido de mucha actividad para el ultra-nacionalismo cristiano dominicano, desde la infame sentencia del Tribunal Constitucional, las críticas al Plan Nacional de Regularización, el reclamo del muro fronterizo y hasta el acoso al embajador de los Estados Unidos de América, todos estos temas le han permitido figurar en los medios y redes sociales durante meses, mostrándose con frecuencia como una voz de peso significativo en la sociedad dominicana. ¿Por qué no se refleja esto en las preferencias electorales de los principales estandartes de ese mensaje?.
Es más llamativo el que, a pesar de hacerlo su estrategia de campaña, el fuerte acercamiento que han realizado la FNP y el PQDC a las iglesias, el voto “cristiano” aún no se refleje a su favor. Tendría sentido que los cristianos tiendan a favorecer a la FNP y el PQDC que mantienen un discurso similar al de sus pastores evangélicos o al Cardenal; pero curiosamente esa correlación no se acaba de materializar.
No voy a elevar mis esperanzas y creer que el ultra-nacionalismo cristiano que atenta contra los derechos reproductivos de las mujeres, el matrimonio igualitario y propugna el odio visceral a los inmigrantes haitianos realmente representa menos del 1% que actualmente les otorgan las encuestas al PQDC y la FNP. Pero definitivamente, y de confirmarse esos datos en las elecciones del 15 de mayo, se puede ir llegando a la conclusión que esas posturas parecen tener un peso político específico muy reducido.
El ultra-nacionalismo cristiano tiene voces en todos los partidos del sistema, eso es más que evidente. Pero es interesante que esas convicciones sean incapaces de romper moldes partidarios. Al parecer, ni siquiera para muchos de los más efervescentes ultra-nacionalistas cristianos de nuestro país, sus convicciones le parezcan lo suficientemente importantes como para romper moldes partidarios y defender los pocos partidos que sí las asumen de frente y con responsabilidad, sin importar que tan equivocados pudieran estar.
O quizás, sí. Tal vez mi sueño sea realidad y los ultra-nacionalistas cristianos son menos de 1% de los votantes y solo soy víctima de una caja de resonancia, lo que para mí resultaría más que bienvenido. Pero aunque no sea cierto, me agrada que finalmente le veremos los votos contados a partidos con ideologías como la de la FNP y el PQDC, para saber por cuantos realmente hablan al azar sus muy bulliciosas voces en contra de los derechos y libertades de los demás.