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El valor histórico de Caamaño

El valor  histórico de Caamaño

En nuestro país insólito, como repetía a diario a sus amigos el brillante historiador y jurisconsulto Manuel Arturo Peña Batlle, hay una incertidumbre en relación a la autenticidad de los restos del coronel del Ejército Francisco Alberto Caamaño Deñó, principal líder de la guerra de abril de 1965 que primero fue fratricida, y luego de la intervención de Estados Unidos el 28 de ese mes, derivó en guerra patria.

Primero fue fratricida por la división del país en el sector que pretendió el imposible de restaurar el gobierno del presidente Juan Bosch, el primero electo en libertad el 20 de diciembre de 1962 luego del ajusticiamiento del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo 31 de mayo de 1961, y luego enfrentando al intruso interventor yanqui que se opuso a restaurar a Bosch el poder, a quien contribuyeron a derrocar.

La cuestión que se plantea desde la óptica moral é histórica no radica en la autenticidad de los restos del coronel Caamaño, sino en su doble protagonismo de honrar la voluntad popular expresada en las urnas y respetar la Carta Magna y rescatar la conculcada soberanía nacional.

Acontece idéntico a la porfía sobre el Santo Sudario y el Santo Grial de Jesucristo, el primero se afirma está en la catedral de Milán, y el segundo camuflado en el entresijo del misterio y la densa bruma del tiempo, cuando lo verdaderamente valorativo no es un trapo ni un cáliz, sino el mensaje que predicó con su ejemplo el nazareno redentor de la humanidad.

El raído sayal que apenas cubría el cuerpo del Redentor, fue echado en suertes por los guardias pretorianos apostados a la vera de su martirio, pero su mensaje divino no será posible jamás echarlo en suertes porque caló hondo en la conciencia de los que creemos en su mesianismo.

Conforme al cumplimiento de la ley 4-13 del 15 de febrero del 2013 expedida por el Congreso Nacional, los restos del coronel Caamaño deben ser depositados en el Panteón de la Patria, pero resulta que luego de ser capturado, el coronel Caamaño fue fusilado por el coronel Héctor García Tejeda, cumpliendo orden expresa del entonces presidente Joaquín Balaguer quien al ser informado por el titular de las Fuerzas Armadas, almirante Ramón Emilio Jiménez Reyes de la captura de Caamaño en la aventura qujotesca de Playa Caracoles, el 2 de febrero de 1973 expresó escueto; “Aquí no hay cárcel para ese preso”, una orden subliminal de ejecución.(El Nacional 26 de enero 2013); Claudio Caamaño Grullón (Listín Diario 13 de diciembre del 2012).

Los restos del coronel Caamaño fueron quemados y dispersados, según versión del almirante Jiménez Reyes. (El Nacional 16 de abril de 1987).

La señora Vicente Vélez, una de las dos viudas del coronel Caamaño, con quien se casó en La Habana, la otra María Paula Acevedo (Chichita), con quien contrajo nupcias en RD, expresó en una entrevista al diario El Caribe; “Me importa más que los dominicanos reconozcan el valor y sacrificio de Caamaño como un legado irrenunciable” (El Caribe 12 de diciembre 2012).

El teniente coronel EN Alberto Caamaño Acevedo se expresó en relación a los restos de su padre; “En vez de concentrarse en el debate in trascendente sobre la autenticidad de los restos de mi padre, la sociedad dominicana debería exigir justicia para los que mataron al comandante de abril del 65. (El Caribe 17 de diciembre del 2012).

El asesinato del coronel Caamaño luego de ser herido en la pierna izquierda por una esquirla de un bazuka M-79, es tipificado como crimen de guerra conforme la Convención de Viena del 12 de agosto de 1949, artículos 3, letra a, y 4.

Los reputados antropólogos Alejandro Jiménez Lambertus, Renato Rímoli y Fernando Luna Calderón certificaron que los restos que examinaron corresponden al coronel Caamaño, en experticio publicado en Listín Diario el 21 de febrero del 2012.

La señora Vicente Velez viuda Caamaño expresó: “El ADN de Caamaño es el pueblo” (El Caribe el 13 de febrero del 2012). Correcto.

“Viva Santo Domingo libre”, expresó el coronel Caamaño en un vozarrón que repercutió como un eco en La Nevera de la cordillera Central cuando percibió la orden de fusilarlo impartida por el coronel Héctor García Tejeda, en versión del teniente EN José Antonio Castro, presente en el crimen de guerra. (El Nacional 16 de febrero del 2013).

El 24 de abril del 2013, el coronel Caamaño fue exaltado al Panteón Nacional en un cenotafio inscrito con su nombre que dice; “A la espera de los restos”, en un solemne acto encabezado por el presidente Danilo Medina, conforme al proyecto de ley sometido al Congreso Nacional por el senador Félix Nova (PLD, Monseñor Nouel).

La cuestión sobre el coronel Caamaño, conforme es posible discernir, no radica en sus huesos, sino en su actitud para reponer al gobierno constitucional del presidente Juan Bosch y enfrentar la afrenta del poderío avasallante de los Estados Unidos, no en la guerrilla de Caracoles, cuando se contradijo al enfrentar a un gobierno constitucional, aunque de suspicaz origen.

El Nacional

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