Con gran congoja, gratitud y admiración, la sociedad dominicana asistió a la partida física de Víctor Méndez Capellán, incansable emprendedor que día a día durante más de 60 años levantó piedra sobre piedra una pirámide empresarial que ha sido ejemplo de que con trabajo y sacrificio es posible alcanzar el éxito.
El consorcio Vimenca, identificado con las iniciales de su nombre y apellidos, fue forjado como acero en fuego de una vida repleta de retos y riesgos que ese buen dominicano pudo superar con valor, determinación, optimismo y sapiencia.
Don Víctor inició en el mundo de los negocios con modestos emprendimientos cimentados en polos opuestos, como el de la construcción de viviendas de bajo costo y la creación de una agencia de viajes, que le permitió conectar con la todavía incipiente diáspora dominicana.
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A ese visionario se debe que a la economía dominicana ingresen hoy más divisas por vía de remesas que por el turismo, porque fue Víctor Méndez Capellán, el empresario que promovió entre los dominicanos ausentes la costumbre de remitir dinero a sus familiares para lo cual creó facilidades para concretar esos envíos.
Vimenca logró una alianza estratégica con Western Union, una de las empresas de envío y recepción de dinero más populares de Estados Unidos, con oficinas en más de 200 países, a partir de lo cual la empresa de don Víctor consolidó su liderazgo en el mercado local.
Víctor Méndez Capellán fue exitoso en la era análoga y triunfó también en la digital, cuando pudo conformar un catálogo de empresas financieras y de servicios tecnológicos, que incluyó un banco comercial y una compañía Courrier lo que demuestra lo que se puede lograr cuando confluyen el trabajo y la tenacidad.
Ese buen dominicano fue un ciudadano solidario, vinculado siempre con instituciones sociales y caritativas, con las que colaboraba en términos financieros, como patrocinador, miembro o directivo como fueron los casos de la Asociación Dominicana de Ciegos y la Academia Dominicana de la Historia.
El Nacional participa del pesar colectivo por la muerte de don Víctor Méndez Capellán, emprendedor y visionario, quien exhibió con orgullo su ruralidad, humildad y acendrada dominicanidad.