SANTIAGO.- El Programa de Desayuno Escolar, que beneficia a más de 1.5 millones de estudiantes, volvió a ser motivo de preocupación entre los padres de esta provincia, los cuales, debido a los limitados recursos económicos que poseen, ven en esa merienda una tabla de salvación en la alimentación de sus vástagos.
En muchos hogares es el desayuno escolar el único alimentos que reciben los niños en la mañana, y suprimir esa merienda constituye motivo de angustia.
Cuando las escuelas sirven la merienda escolar las familias pobres utilizan el poco dinero que poseen en preparar una comida fuerte para el resto del día. Otros no disponen siquiera de esos pocos recursos.
En el barrio Pekín, como muchas otras familias, compuestas en su mayoría por madres solteras, Leonida Guzmán enfrenta el problema de que no cuenta con el dinero necesario para alimentar a sus tres hijos ante de enviarlos a la escuela.
Tengo que mandar a Junior, Marcia y José a la escuela, los cinco días de la semana, sin tener nada que darles. Ultimamente se han tenido que ir con el estómago vacío porque no tengo con qué suplir ahora, el alimento en las mañanas indicó.
Leonida dijo que cuando el desayuno empezó a distribuirse en las escuelas, se me quitó una preocupación de encima.
Agregó que no es fácil tener que levantarme cada día con la incertidumbre de que no sé si encontraré algo que darle a mis hijos para que el hambre no les sea un estorbo.
Reprochó la suspensión del desayuno escolar, argumentando que es una medida contra los estudiantes y no contra los suplidores del programa que, a su juicio, no cumplieron con su responsabilidad de suplir las escuelas con alimentos de calidad.
Aida Díaz, directora del Centro Educativo Isabel Díaz, indicó que la suspensión del desayuno escolar provocará un incremento de la deserción escolar en los planteles públicos de la provincia.
Si es difícil para un adulto recibir enseñanza sin haber ingerido alimentos, es aún peor para los niños subrayó.
Aseguró que, en los últimos días, algunos padres de ese centro docente han tenido que mandar a sus hijos a las clases con el estómago vacío por no disponer de dinero para desayunarlos.
Díaz, coincidiendo con los directores de diversas escuelas públicas de la provincia, manifestó que esta situación tiene solución y que espera que sean castigados los culpables de la ineficiencia de ese programa.
Los hechos
El pasado año el promedio de intoxicados con el desayuno escolar fue de tres por día, mientras en el 2010 en sólo dos días hubo 17 intoxicaciones en Cotuí y cuatro en Haina, lo que motivó que Educación lo suspendiera.

