Aylan Kurdi lleva puesto unos pantalones cortos azules y una camiseta roja, su pequeño cuerpo yace inerte sobre la orilla de una playa en Turquía. El mundo entero no puede salir de su consternación al observar esta desgarradora imagen, pero para el inocente niño sirio ya es muy tarde: murió ahogado tras el naufragio que sufrió la embarcación donde viajaba junto con su familia.
El menor de tres años de edad es una más de las víctimas de la crisis migratoria que padecen losrefugiados sirios, quienes buscan escapar de la violencia que azota a su país debido a una guerra civil. El día de su muerte, provocada por el hundimiento de dos embarcaciones, otros cuatro menores fallecieron, entre ellos su hermano Galip de 5 años.
La familia de Aylan Kurdi había buscado asilo en Canadá, pero les fue denegado. En su intento por espcar, decidieron cruzar el mar desde la localidad turca de Bodrum rumbo a la isla griega de Kos. Abdullah Kurdi, padre de Aylan y Galip, contó que pagó a unos traficantes para alcanzar su destino; sin embargo, fueron detenidos por la guardia costera. Por eso decidieron tomar un bote junto a otros refugiados y comenzar a remar por sí mismos.