Para arreglar este país. Para poder desarrollar un verdadero Estado social y democrática de derecho, aquí lo que hay que hacer es: ¡Que se cumpla con la ley!
Nuestro gran dilema como sociedad ha sido, que nadie quiere cumplir con lo legalmente establecido y los encargados de hacerla cumplir no han contado, salvo excepciones, con la responsabilidad de obligar a darle fiel cumplimiento.
Por eso, sólo la cumplimos cuando conviene a nuestros intereses particulares, y no al interés general de todos y todas, por eso estamos como estamos desde hace muchos años, llenos de inseguridad, a causa de un clientelismo que crea el contubernio y éste el soborno y la corrupción, los cuales hacen crecer, cada vez más, la violencia, la delincuencia y, por vías de consecuencias: el narcotráfico.
Si entendemos que las leyes existen para cumplirlas, entonces procedamos. Para borrar esa vieja y perniciosa práctica, comencemos con dar los pasos siguientes:
a) Que todos los partidos y organizaciones políticas se acojan a lo que establece la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de fecha 16 de marzo de 2005, la cual trata, entre otras cosas, la inconstitucionalidad de las primarias internas de los partidos con padrones abiertos y que se acoja la disposición que emana de esa jurisprudencia, y las elecciones primarias internas de los partidos sean cerradas. Y no más discusión sobre eso;
b) Que definitivamente los partidos y organizaciones políticas se acojan al art. 216 de la Constitución, el cual establece, entre otras cosas, que éstos deben sustentar sus actuaciones, en la transparencia y la democracia interna, para contribuir con la formación y manifestación de la voluntad ciudadana, a los fines de que estos les sirvan al interés nacional, al bienestar colectivo y al desarrollo integral la sociedad dominicana.
Si no hay partidos internamente organizados y transparentes, con elecciones éticas y morales a lo interno, tan poco podrá haber elecciones transparentes, sin compra y venta de cédulas ni soborno, ni mucho menos un Estado transparente, honesto y serio que garantice el funcionamiento de un verdadero Estado Social y Democrático de Derecho, que debe ser el objetivo principal de todos los partidos;
c) Que a los partidos y organizaciones políticas se le haga entender, que si bien es cierto que ellos son las estructuras por las cuales se canalizan los intereses generales de los y las electores, a la Junta Central Electoral, como árbitro de las elecciones, le corresponde la responsabilidad de “garantizar la libertad, transparencia, equidad y objetividad de las elecciones”, articulo 211 de la Constitución. Y que, el artículo 212 de la misma le da “facultad, para reglamentar los tiempos y límites de los en los gastos de campaña, así como el acceso equitativo a los medios de comunicaciones”.
Entendiendo, también, que la Junta Central Electoral constituye una entidad de derecho público, tal y como lo expresa en el artículo 3 de la Ley Electoral número 275-97.
Entonces: Acción. Vamos arriba, apliquemos la ley. El tiempo se nos viene encima. Los problemas nacionales amenazan con ahogarnos a todos. En consecuencia:
Primero: Se le debe dar un plazo de un año a los partidos (todo el año 2018), para que transparente y organicen su padrón interno, porque a ellos y a todo el país le conviene que el desorden interno de los partidos termine, pero ya.
Ellos son el germen del Estado y la democracia. Sus malos ejemplos nos afectan a todos. Así estos podrán entrar en el 2019, listos para organizar las primarias internas y preparar las condiciones para presentarle al pueblo, con un padrón cerrado, los candidatos y candidatas más aptos para ocupar los puestos electivos, a los fines de que podamos desarrollar gestiones eficientes y transparentes, sustentado en darle cumplimiento a la Constitución y las leyes.
No más discusión sobre las elecciones primarias internas de los partidos. Hagamos lo que hay que hacer: ¡Que se cumpla con la ley! Y punto.